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domingo, 22 de noviembre de 2020

CAPÍTULO I, LAS ANTIGUAS ESCUELAS Y EL ESTUDIO DE ARTES.

CAPÍTULO I

LAS ANTIGUAS ESCUELAS Y EL ESTUDIO DE ARTES.

PREÁMBULO. ESCUELAS PÚBLICAS EN ZARAGOZA. - PRIMEROS DOCUMENTOS QUE ATESTIGUAN LA EXISTENCIA EN NUESTRA CIUDAD DE UNA ESCUELA DE ARTES. - LAS BULAS DE SIXTO IV Y EL PRIVILEGIO DE JUAN II. - ORGANIZACIÓN DEL ANTIGUO ESTUDIO. - SUS MAESTROS MAYORES. - EL PRIVILEGIO DE CARLOS V. - BULAS DE JULIO III Y PAULO IV. - LABOR DE LOS JURADOS Y EL CABILDO EN PRO DE LA UNIVERSIDAD. - COMIENZA LA HOSTILIDAD DE HUESCA. - CATEDRÁTICOS Y ALUMNOS CÉLEBRES DEL ESTUDIO DE ARTES.

La palabra Universidad no se ha aplicado nunca ni se aplica todavía, exclusivamente, a establecimientos de enseñanza; significa, por punto general, una comunidad, cuerpo o asociación de muchas personas para un fin cualquiera; así como la voz gremio, que indica la reunión de oficios sujetos a ciertos reglamentos, se adoptó también para significar el cuerpo de doctores pertenecientes a una Universidad, cuyo nombre abraza a la vez a maestros,
graduados, estudiantes, matriculados y empleados en ella.
Así, pues, tratándose de escuelas, no se dice entre nosotros simplemente Universidad, sino que se le añade la calificación de Literaria para expresar que se refiere a una reunión de personas consagradas a esta clase de tareas, si bien la costumbre ha hecho ya que aquella voz se entienda, muy especialmente, bajo este último sentido. Por lo demás, se dice la universidad de los labradores, la universidad de la tierra de tal parte, por el conjunto de labradores o habitantes asociados para un especial objeto; y en las antiguas Cortes de Valencia se llamaba brazo de las Universidades a los representantes de las villas y ciudades que tenían ese derecho.
El origen de la aplicación de esta palabra a las escuelas procede de la de París (1), a la cual, en un principio, se la llamaba Studium generale, pero creciendo tanto la reunión de maestros y escolares, se empleó la palabra Universi y
después la de Universitas, en la acepción que acabamos de decir, para designar a aquella multitud que formaba cuerpo y tenía ya sus reglamentos; y las expresiones de Scholaris universi, Universitas scholarum, se encuentran en
antiguos documentos. De las escuelas de París se extendió el mismo nombre a los demás establecimientos de igual clase en Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, y pasó, por último, a España, donde fácilmente se aclimató por la acepción que tenía la palabra Universidad.
El primer documento en que se encuentra usada esta voz entre nosotros, con aplicación a las escuelas, es acaso la Ley X, del Título XXXI, de la Partida primera, donde el rey D. Alfonso dice que en la Universidat de los escolares
debe haber un mensajero que se llama en latín "bedellus", (bedel) y claro está, que da ese nombre al cuerpo o reunión de estudiantes y no al estudio general de que hemos hablado. Hoy ya la palabra "Universidad" se aplica en nuestra patria hasta al edificio material en que está situada la escuela.
Un historiador contemporáneo (2), al hablar del origen de las Universidades, dice que éstas comienzan en el siglo XII y que de fecha anterior sólo se conocen referencias a escuelas catedralicias, monacales o palatinas, de las cuales pudieron salir, evolucionando; en el siglo XIII ya vemos perfectamente constituidas, con caracteres propios y diferenciales, las primeras Universidades: Salerno, Bolonia, París.

(1) Gil de Zárate: De la Instrucción pública en España.
(2) Ibarra (Eduardo): Origen y vicisitudes de los títulos profesionales en Europa (especialmente en España).

En las reuniones de comerciantes e industriales, organizados en sociedades llamadas guildes - dice el historiador a que nos referimos - se elaboran los programas que llamaríamos de emancipación de la burguesía, única libertad posible, entonces, de ser exigida, y en las de escolares se buscan análogos
fines: la libertad de aprender y ser enseñados por sus maestros libremente, sin sujeción a un señor. Estas comunes aspiraciones se manifestaron en la aparición coetánea de dos instituciones idénticas: el gremio, en industriales y comerciantes, y las asociaciones de estudiantes y profesionales, en el campo intelectual, que recibieron el nombre de Universidades literarias.
Ya desde el siglo XII existían universidades en España, aunque informes y reducidas, como ya hemos dicho, a escuelas eclesiásticas en los claustros de las catedrales. La existencia del canónigo maestrescuela en las de Palencia, Salamanca, Astorga, Cuenca, León y Segovia, durante el expresado siglo, prueba la coexistencia de estudios en aquellas iglesias, aunque en épocas posteriores, no siempre la erección de aquella dignidad sea argumento seguro de haber escuelas. Varias de ellas, especialmente las de Palencia y Salamanca,
gozaban ya de crédito desde el siglo XII.
En Castilla se fundaron las primeras Universidades españolas, siendo éstas las de Palencia y Salamanca; dejando a un lado los orígenes remotos a que se quiere ascender la fundación de la primera, diremos que el engrandecimiento
de sus estudios no se verificó hasta principios del siguiente siglo (1212 - 1214), en que D. Alfonso IX llevó maestros en Teología y Artes liberales y estableció escuelas a solicitud del noble D. Tello, obispo de aquella ciudad. Esta Universidad tuvo corta vida; muerto el obispo D. Tello, falta de rentas y cercana la de Salamanca, murieron aquellos estudios, sin que entremos a definir las causas que lo motivaron, algunas de ellas verdaderamente novelescas (1).
Coetáneos a los estudios de Palencia son los de Salamanca, cuya fundación se ha fijado en 1200. El primer testimonio de su erección lo da D. Lucas de Tuy, diciendo que D. Alfonso IX determinó hacer escuelas en Salamanca y llamó al efecto maestros muy versados en la Sagrada Escritura.
Pero quien más enalteció a esta Universidad y aumentó su esplendor fue el rey D. Alfonso el Sabio, que no solamente le dio privilegios, sino bienes con que mantenerse, fijando las cátedras que debía haber. Los estudios los pone el rey a cargo del Deán y Arnal Sanz, a título de conservadores, y puso por únicos empleados un estacionario o librero y un capellán. Finalmente, para asegurar la suerte de los profesores de la Universidad, se les consignaron las tercias reales del obispado de Salamanca. Siguieron a éstas las Universidades de Valladolid y de Alcalá.
En Aragón y Cataluña comenzaron los estudios más tarde que en Castilla, y aun se puede conjeturar que en las catedrales no había enseñanza, pues sus canónigos tenían que marchar a otros puntos para estudiar. El obispo de Zaragoza Raimundo I, deseando que los canónigos regulares de San Salvador (La Seo) estudiasen teología, mandó, entrado ya el siglo XIII, que se diera lo necesario para su mantenimiento a los que fuesen a estudiar (2).

(1) Dicen algunos historiadores, entre ellos Floranes, que de resultas de un adulterio cometido por un estudiante, los vecinos de Palencia mataron en una noche muchos de ellos. Otros lo achacan a los disturbios que hubo en la población por muchos años sobre el dominio temporal de ella, los cuales obligaron a San Fernando a tomar mano en ellos, según refiere su
cronista. Lafuente dice que la razón más poderosa fue la falta de rentas para pagar los salarlos de los maestros juntamente con los estudios de Salamanca
(2) Lafuente: Historia Eclesiástica de España, tomo II, pág. 335.

Lo mismo sucedía en Cataluña, pues el Obispo y Cabildo de Vich acuerdan (1229) que se dé la porción canonical por espacio de tres años a los canónigos que quisieren ir a estudiar en Lombardía y Francia, con tal que dejasen un presbítero o diácono que les sustituyese en el coro, lo cual se fue continuando aun después de haber erigido la Universidad de Lérida (1). Otro tanto sucedía en Urgel y otras catedrales, donde la porción canónica se concedía hasta por diez años a los canónigos ausentes por razón de estudios (2).
Estos, en gran parte, estaban a cargo de regulares y en especial de dominicos, los cuales, en el siglo XIII, cultivaron con esmero el hebreo y el árabe, a fin de facilitar la conversión de judíos y musulmanes. A fines de aquel siglo (1299), en el capítulo provincial de Barcelona acordaron abrir estudios en todos los conventos, menos en el de Sangüesa.
Téngase en cuenta que por estas épocas la diferencia de cultura entre el clero secular de España y el regular era muy grande, y que en vano se venían dictando disposiciones para remediarla desde mediados del siglo XIV; D. Gil de Albornoz mandaba en su Concilio provincial (1339) que se obligase a los clérigos de las catedrales y colegiatas que fueran a estudiar, de cada diez, uno (3). En algunas disposiciones de aquel tiempo se exige que los párrocos sepan siquiera latín (4) y que tengan Breviario.
(Nota: Aquí tiene la DGA algunas de las lenguas históricas de Aragón para 
https://www.aragon.es/organismos/departamento-de-educacion-cultura-y-deporte/direccion-general-de-politica-linguistica
 )

En una de las muchas cartas que los Jurados de Zaragoza dirigieron a Felipe II sobre la fundación de la Universidad, hablándole de los grandes servicios que al reino de Aragón había de reportar, se le dice: "y así tenemos por cierto que será Seminario, de donde saldrán muchos hombres doctos para poder ser empleados en yglesias y dignidades y particularmente en beneficios curados, y por no haberse hallado hasta ahora, se han proveydo a personas que no tenían las partes necesarias".

(1) Teatro eclesiástico de Aragón, tomo II, pág. 229; Villanueva, tomo VII, pág. 24.
(2) En 15 de Julio de 1374, el Infante D. Juan escribe al general de los Carmelitas para que permita ir a Tolosa, a estudiar, a Juan Banyuls y a Vicente Tamarit. El mismo pide, en 17 de Abril, al Vicario general y al Capítulo de Zaragoza, concedan un beneficio a Arnau Ferrer, estudiante en esta Escuela. (A. de la C. de A. Regs., 1745, folio 133 v., y 1674, folio 5).
(3) Canon 3.° (Villanuño, tomo II, pág. 83).
(4) Toledano de 1339, canon 2.°; Concilio de Aranda, 1473; canon 3.° (Villanuño, tomo II, página 106).

Contrastaba esto muy notablemente con el gran saber del Clero regular; al paso que en las Bibliotecas de Escritores apenas se ve el nombre de un clérigo, se encuentran a cada paso muchos de las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, Nuestra Señora de la Merced y del Carmen, y aun algunos Cistercienses, Cartujos y Jerónimos.
La cultura aragonesa en la Edad Media, fue aun más grande de lo que puede suponerse; a la cabeza de ella iban, como ya hemos dicho, los monarcas y sus familias, con un espíritu elevado y exquisito por todo cuanto representara
estudio e instrucción; aquellos monarcas de amigos y protectores de los hombres de letras, se convierten en trovadores, en historiadores, en oradores, en músicos y, sobre todo, en Mecenas espléndidos de toda aspiración del saber, de toda inspiración literaria y artística. Son poetas Alfonso I el Casto, Pedro el Grande, Jaime II, Federico de Sicilia, Pedro III y sus hijos Juan y Martín. La historia forma también escuela y Jaime I el Conquistador encuentra dos grandes discípulos en Pedro III y el rey Martín. Como oradores brillan Jaime II,
Pedro III y Martín; ellos sabían hablar a sus vasallos un lenguaje lleno de fe, de entusiasmo y de valor, que hace vibrar, después de tantos siglos, el amor y la esperanza, haciendo que su voz y su espíritu, profundamente aragoneses,
llenen los corazones de sano patriotismo.
En esos reinados puede apreciarse el grado de esplendor y florecimiento cultural de aquella corona de Aragón que tanto supo hacer y tanto contribuyó a la grandeza de nuestra patria, porque de esta noble tierra salió aquel gran
Rey que hizo la unidad española y que se llamó D. Fernando el Católico.
Desde el punto de vista de la Literatura aragonesa, los reinados que tienen más importancia son los de Jaime II y Pedro el Ceremonioso, y los de sus hijos Juan I y Martín I. El primero, como historiador y amante de los estudios
históricos, adquiere enérgico relieve por su personalidad excepcional: la Historia fue el culto de su vida; él la vio y la enalteció lo mismo en los libros que en los hechos, llevándola a los parlamentos; tanto sus actos políticos como los documentos que salían de su Cancillería, eran comentados históricamente.
Desde la tumba de Íñigo Arista hasta las de los Condes en Ripoll y de los Reyes en Poblet, todo era para él objeto de culto y veneración: en la primera veía la cuna de su casa solariega como rey de Aragón, y en las otras, el panteón que encerraba los ilustres despojos de su raza como Conde de Barcelona y rey de la gran confederación catalano-aragonesa.
La primer Universidad de la Corona de Aragón fue la de Lérida, la que sigue en antigüedad a la de Salamanca; D. Jaime II obtuvo de Bonifacio VIII la fundación de una Universidad en el punto donde le pareciese más adecuado
dentro de sus dominios. Un detalle que choca al investigador, es que se dio el decreto de fundación en esta ciudad de Zaragoza el 1 de Septiembre de 1300, en plenas Cortes. Ninguna ciudad reclamó para sí la ventaja de tener en su
recinto el establecimiento que se creaba: todo hace suponer que la frase del decreto nos habito diligenti tractatu et consilio pleniori, super electione loci, no era fórmula cancilleresca, sino expresión de una verdad, y que esos tratos y que ese consejo más pleno los tuvo con los aragoneses, es evidentísimo, puesto que aquí se hallaba el rey y aquí se encontraban los eclesiásticos, los nobles y los procuradores de las villas de Aragón, celebrando Cortes, que son famosísimas en nuestra Historia; nadie protestó, nadie reclamó para sí el honor y la ventaja, y es que las ciudades de entonces no pedían limosna como ahora.
Eligió, pues, Jaime II la ciudad de Lérida para fundar su Universidad, por ser, según dice el Privilegio de fundación, "huerto de fecundidad y fertilidad, fuente de delicias y centro de todos sus reinos y tierras", y en otro, dado al día
siguiente, dice: tamquam locum comunem et quasi Regnorum et terrarum nostrarum intermedium quoddam, como lugar común y centro de todos nuestros reinos y tierras, opulento de vituallas, moderado por su clima, abundante de aguas, insigne por la nobleza de sus ciudadanos y honrado por la decencia de su pueblo; en ese privilegio el rey prohibía la fundación de otras Universidades en sus reinos; este monopolio, muy útil para aquellos establecimientos, era muy perjudicial para las ciencias, pues se impedía a los pobres acudir a los estudios generales, muy distantes a veces de sus domicilios, subían los precios de los bastimentos con la afluencia de estudiantes, mataban toda emulación y se estorbaban los buenos pensamientos de los que en otros puntos trataban de propagar la enseñanza.
A pesar de la prohibición consignada en el privilegio de D. Jaime, surgieron bien pronto otras Universidades en Huesca, Valencia, Barcelona, Mallorca, Gerona, Tortosa y Zaragoza.
La de Huesca la fundó el rey D. Pedro el Ceremonioso, según privilegio dado en Alcañiz a 12 de Marzo de 1354; la cancillería no quiso molestarse mucho en la redacción del documento, y copió, casi al pie de la letra, el privilegio de D. Jaime. En la fundación, para nada menciona el monarca a Sertorio, sino que hace referencia a los recuerdos cristianos de Nuestra Señora de Salas y San Martín de Valdonsella, (Martín I muere en el monasterio de Valldonzella) a quienes tenía devoción. Puso en Huesca enseñanza de Teología, Derecho canónico y civil, Medicina y Filosofía y Artes; pero permite que la primera de las mencionadas ciencias pueda estudiarse en las iglesias y monasterios donde estaba en uso. La nueva Universidad fue sostenida por la ciudad durante algún tiempo, por lo que dio pocas muestras de vida allá por el siglo XV; pero habiéndola confirmado el papa Paulo II a instancias de D. Juan II y dotada generosamente por el Cabildo, con la agregación de algunos beneficios, comenzó a desarrollarse, a expensas de la de Lérida, que empezaba a decaer.
La de Valencia había tratado de fundarla D. Jaime el Conquistador; pero mudando de dictamen, estableció, por el contrario, libre enseñanza. Con todo no se establecieron escuelas sino de Gramática y Lógica, que el mismo D. Jaime II consideró no estar comprendidas en el privilegio de Lérida, que sólo prohibía la enseñanza de facultades mayores. A mediados del siglo XV, el obispo D. Raimundo Gastón instituyó en la catedral una cátedra de Teología que debía ser regentada por frailes dominicos. Por fin, después de varias contiendas entre el obispo y la ciudad, consiguió reunir los estudios dispersos, formando cuerpo de Universidad, a lo cual se cree que contribuyó mucho su ilustrado hijo, San Vicente Ferrer, debiéndose, por tanto, fijar el origen de la Universidad en el año 1412.
Barcelona tenía, desde el siglo XIII, cátedras de Gramática en la catedral, según lo mandado en el Concilio III de Letrán. En el XIV tuvo también cátedra de Teología, desempeñada por religiosos, a voluntad del Obispo y Cabildo. Mas
deseando los jurados ampliar las enseñanzas, obtuvieron de Alfonso V el Privilegio para fundar Universidad (1450), el cual fue ratificado por el papa Nicolás V por una bula suya, pero no surtieron completo efecto estas disposiciones hasta el siglo XV, (1507 es siglo XVI) en que los Consellers destinaron local a propósito para los estudios (1507) y pensaron en ello seriamente.
El año 1446, los jurados y regidores de la ciudad de Gerona suplicaron al rey D. Alfonso IV de Aragón, les concediese la facultad de erigir un Estudio General, en el cual pudiesen enseñar todas las ciencias honestas y conferir los grados académicos. Accedió el monarca a esta súplica por decreto expedido en Nápoles, el día 9 de Mayo del mismo año, mas no obtuvo esta Escuela confirmación apostólica hasta mucho después, en virtud de una bula de Paulo V, fechada en 29 de Mayo de 1605, ratificando entonces el rey Felipe III todos sus privilegios.
Dejando a un lado los estudios que en Mallorca fundó Raimundo Lulio, diremos que Fernando el Católico, en virtud de privilegio otorgado en Córdoba, a 31 de Agosto de 1483, autorizó a los Jurados para erigir una Universidad donde se estudiaran todas las ciencias, con los mismos derechos, honores y prerrogativas que la de Lérida. Fue confirmada esta concesión por el mismo rey en 21 de Febrero de 1505; por Carlos I, en 11 de Marzo de 1526, y por Felipe II, en 24 de Octubre de 1597; pero dificultades que sería largo
enumerar, retardaron su cumplimiento hasta 29 de Abril de 1626, en el cual tuvo efecto la Universidad Literaria de Mallorca.
Tortosa, Perpiñán, así como Tarragona (1), tuvieron también Universidad, pero tan de escasa importancia los estudios en ellas, que es suficiente que las citemos.

(1) La de Tarragona fue fundada por el Cardenal Cervantes de Gaeta, el cual, en 5 de Julio de 1572, hizo donación a la Universidad y en su nombre a los cónsules delegados D. Juan Luis Linia, D. Francisco Fetrer (Ferrer) y D. Pedro Ribes, de la suma de 12.000 libras barcelonesas, para que con sus rentas se pagasen los salarios de los maestros y catedráticos de dicha Universidad. - Arco y Molinero (A.): La antigua Universidad de Tarragona, apuntes y documentos para su Historia; Tarragona, Tip. de T. Sugrañés (1920); 118 págs. más una hoja; 4.° mlla.

En el siglo XVI reciben las ciencias un gran impulso en España. Cisneros funda la Universidad de Alcalá, dotada con rentas del arzobispado; principian a desarrollarse, al mismo tiempo, las de Santiago, Toledo y Sigüenza, fundadas
en la mitad del siglo anterior en varios colegios erigidos por eclesiásticos. A la creación de estas cuatro, siguieron otras muchas durante este siglo, que debe considerarse como la época del verdadero desarrollo universitario de nuestra patria. El arcediano Santaella erige un Colegio - Universidad en Sevilla (1531). Los dominicos fundaban Universidades en sus conventos de Santo Tomás de Ávila, a expensas del inquisidor Torquemada, y en el convento del Rosario de Almagro (1552). El venerable maestro Juan de Ávila echaba los cimientos de la Universidad de Baeza (1533), ampliada luego por D. Rodrigo López (1562), y San Francisco de Borja planteaba la de Gandía (1546). Casi a un mismo tiempo erigían Universidades el obispo D. Pedro Da-Costa (Dacosta), en Osma
(1550); D. Francisco Loaces, en Orihuela (1555), y D. Francisco de Córdoba, en Estella (1565), y por último, el inquisidor Valdés, en Oviedo (1580). En las provincias vascongadas se había fundado también, anteriormente a éstas, el Colegio - Universidad de Oñate, por D. Rodrigo Mercado (1543). Al mismo tiempo que se establecían todas estas Universidades, aumentaba el número de Colegios que a su sombra vivían y bajo su amparo se desarrollaban, y generalmente todos ellos fundados por obispos o personas del Clero; algunas de estas fundaciones no se limitaban a las ciencias eclesiásticas; en varios se enseñaban Artes y Medicina; entre ellos mereció gran nombradía el de Monforte de Lemus, por el cardenal D. Rodrigo de Castro (1595), fundado para el estudio de Ciencias y Filosofía.
Aquí teníamos desde tiempos antiguos un Estudio de Artes, en el cual, seguramente, sólo se hacían Bachilleres; Sixto IV, con las bulas de 1474 y 1476, y Juan II, con su privilegio confirmatorio de 1477, ampliaron ese Estudio
hasta el punto de que se pudieran conferir en él títulos de Licenciado y de Maestro, en la expresada Facultad; pero poco debieron prosperar las enseñanzas y poco debieron contribuir a la cultura aragonesa, cuando en las Cortes de Monzón (1542) los Jurados de la ciudad pidieron a Carlos V un privilegio, que el monarca concedió magnánimo, para fundar una Universidad donde se enseñaran las ciencias, privilegio que fue confirmado por el papa Julio III, en 1554, y que por haber fallecido éste, ratificó su sucesor Paulo IV en 26 de Marzo de 1555.
Pero como el Rey no dio más que el Privilegio y el Papa no señaló renta alguna, la Universidad quedó planteada, pero no ejecutada, hasta que Cerbuna dio el dinero para ello.
Un historiador del pasado siglo (1) dice con mucha razón sobre el particular: "... la Universidad de Zaragoza, aunque tenía estudios de tiempo inmemorial y bulas y privilegios imperiales y reales, no fue realmente y de hecho tal Universidad hasta 1583 y el verdadero fundador de la Universidad es el venerable y generoso señor obispo D. Pedro Cerbuna, que dio el vil metal (2).
Aunque la frase es dura, es de una gran verdad y con ella estamos en un todo conformes; nosotros, en el transcurso de esta Historia, llamaremos siempre al Prior de La Seo fundador y no reformador, como otros historiadores, porque
entendemos que aquí en aquella época nada había que reformar, porque de lo antiguo ya no quedaba casi nada, y porque, dado el poder que en sus manos puso la ciudad y que conservó hasta el año 1588, en que noblemente lo renunció, Cerbuna dio todo lo que hacía falta para que la Universidad pudiera ser un hecho, una realidad y dejara de ser un proyecto, acariciado con cariño, pero no realizado hasta que él puso los medios para ello; hay que hacer constar que la ciudad le secundó noblemente y con el mayor entusiasmo.
Por estas razones es por lo que - a pesar de lo que diga Borao en su Historia y copiándolo de él Meiners en la suya; Dufour, en el Mapa de Aragón; Madoz, en el Diccionario; Gil y Zárate, en la obra De la Instrucción pública en España,
y Weber o su traductor, en su Compendio doctrinal de Historia universal - damos como la fecha exacta, verdad, de la fundación de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza, la de 24 de Mayo de 1583; la de 1474 fue la reformatoria del viejo Estudio de Artes, y un Estudio de Artes no fue en aquellos tiempos una Universidad de todas ciencias; al comenzar la Universidad su vida, murió el viejo Estudio, y al asumir el gobierno de la primera el Rector, cesó en sus funciones, a pesar de la oposición del Cabildo y del Arzobispo, el Maestro mayor que regía el segundo.

(1) La Fuente: Historia de las Universidades, tomo II, pág. 396.
(2) El Sr. Abizanda y Broto, en su obra Documentos para la Historia
Artística y Literaria de Aragón (siglo XVI), pág. 373, dice: "Fernando el Católico dio gran impulso a las enseñanzas de la "Universidad y estudio general" de Zaragoza, donándole privilegios y una renta cuantiosa". No conocemos ni esos privilegios de D. Fernando a favor de la Universidad, ni las rentas de que habla el culto investigador zaragozano; de haber existido, no hubiera pasado la vieja escuela, primero, y la Universidad, después, las muchas privaciones y miserias
que sufrieron.

Enemigos tuvo el Estudio zaragozano y muy encumbrados; porfiadas contiendas tuvo que sostener, pero luchó con tesón y con nobleza y pudo mantener siempre enhiesta la bandera que había levantado en pro de la cultura aragonesa.
No tiene la nuestra la brillante historia de aquellas dos Universidades famosas de Salamanca y Alcalá; pero de las de segunda fila, puede parangonarse con las mejores, a las que nada tuvo que envidiar, sobrepujando a muchas y entre
ellas a las de Huesca y Lérida, las primeras del Reino de Aragón.

***

No necesita la Universidad de Zaragoza mendigar fábulas ni falsos cronicones para convencer de la antigüedad de sus Escuelas públicas. Muchos años antes de la era cristiana fue Zaragoza restaurada, no sólo en su recinto, sino en su
cultura, y al recibir ensanche su población en la época del César Augusto, recibió también una Escuela ilustre, correspondiente a su nueva grandeza.
Pero hemos de hacer constar que todos esos antiguos tiempos, en lo que a instrucción pública se refiere en nuestra ciudad, están envueltos en la mayor obscuridad, no habiendo datos concretos para dar a la Universidad de Zaragoza la antigüedad que se ha pretendido por algunos historiadores de dentro y fuera de Aragón.
Fúndanse muchos de ellos en uno de los cronicones de Dextro, el cual hace ascender al año 185 la existencia en nuestra ciudad de Estudios o Colegios para la juventud; dice así: Plurima Collegia juventutis per Hispanias ad clerum instituendae, presertim Caesaraugustae, Tarracone, Hispali, Carthaginae, Tolleti, etc.
Pero todos conocemos los estudios críticos que se han hecho sobre los cronicones de Dextro y de su continuador Román de la Higuera, por hombres de talento tan preclaro como Antonio Agustín, Nicolás Antonio y el marqués de
Mondéjar, y, por lo tanto, el poco crédito que debemos dar a semejantes lucubraciones (1).
(1) Goday Alcántara (José): Historia crítica de los falsos cronicones. Obra premiada por la R. A. de la Historia; Madrid, M. Rivadeneyra, 1868; un vol.

El maestro Espés, en la Historia de la Santa Iglesia Metropolitana de Zaragoza, que se conserva manuscrita en el archivo de La Seo (2: En la sección de Mss. de la Biblioteca Nacional se conserva el Libro I de la Iglesia de Zaragoza, del maestro Espés, que sólo llega al año 1221, faltando la continuación hasta 1571. Aun así este Libro I está incompleto, pues termina en el fol. 339.), refiriéndose a la antigüedad de los Estudios zaragozanos, dice que el año 360 estaba ya fundada la Escuela de esta ciudad, pues San Jerónimo, en sus adiciones al Cronicón de Eusebio de Cesárea, dice: Petrus Caesaraugustae, orator insignis docet..., añadiendo lo siguiente: De este lugar se infiere que, pues leía un tan célebre doctor públicamente en esta ilustrísima ciudad, que había ya fundadas escuelas públicas en donde se enseñarían todas las facultades y, señaladamente, la elocuencia y filosofía que en aquellos tiempos florecían. Porque es cosa muy notoria a todos, y usadas de los que son famosos en alguna facultad y deseosos de nombre y gloria, acudir a Universidades, a donde concurren intérpretes y doctores eminentes y curiosos y grande concurso y frecuencia de oyentes, para que, mostrando sus habilidades, erudición y doctrinas, alcancen nombre y gloria y astucia entre los hombres de letras, como premio muy debido a sus trabajos; y pues este tan famoso orador, que tan celebrado era aún en tan lejanas tierras, enseñaba en nuestra ciudad la elocuencia, ora fuese natural de Zaragoza, ora de otra ciudad o provincia, es muy creíble que las escuelas serían de mucha autoridad y muy principales y que en ellas se ejercitarían todas las ciencias y facultades que en aquellos dorados siglos florecían... De aquí vengo a creer que estas escuelas fueron el seminario de tan eminentes varones que en aquellos tiempos ilustraron y enriquecieron esta república de santidad y letras como el santo obispo Félix, a quien el mártir y obispo Cipriano llamó cultivador de la fe y defensor de la verdad; los santos y doctrinos Valero, el invencible Vicencio y el
erudito Prudencio, nuestros ciudadanos; los hermanos Juan y Braulio, ambos en letras y santidad, ilustrísimos ciudadanos y obispos de esta ciudad, y otros muchos insignes varones.
Espés hace en su obra consideraciones sobre el sitio en que estarían fundadas estas Escuelas, y calcula que no sería en donde hoy se hallan y se hallaban ya en su tiempo, y para ello se funda en que solía elegirse un lugar apartado de
toda ocasión de alborotos y señaladamente de los presidios y fuertes a donde haya soldados, por los inconvenientes que de estar cerca podrían resultar, por ser los que siguen las escuelas gente moza y entre ellos de ordinario algunos bulliciosos que, teniendo por vecino gente de guerra, es llano que estaran en
grande ocasión de revueltas y alborotos.


Comentando estas manifestaciones de Espés, dice Borao (1: Historia de la Universidad de Zaragoza: Zaragoza, Calixto Ariño (S. A.); 8.a, 213 páginas más una hoja.):
"y como al canto de lo que es hoy Universidad se hallaba antiguamente uno de los tres caudillos levantados por Augusto (el del Sepulcro) y no lejos otro (el de los Judíos, hoy granero), se hace creíble que no fuese ahí en donde se fundase la antigua Escuela, mucho más cuando en las ciudades romanas se prohibía edificar en el promerio, o lo que hoy llamamos ronda, que correspondía precisamente al sitio en que está fundada la Universidad. Es, pues, mucho más verosímil, que la fundación fuese en la parroquia del Pilar 
cerca del templo y del río, como se desprende de una escritura del Archivo de aquella, en que se trata de una casa confrontante con otras que solían ser de las Escuelas y que estaban cerca del horno de la Caraza y mesón del obispo de Tarazona, hoy calle de Goicoechea".

Frailla, en su Lucidario (1), habla de los orígenes de esta Universidad y dice sobre este particular lo que sigue: "Primo hase de tener por cierto que en tiempo de los Romanos y Gentiles antes de la venida de Christo Nuestro Señor, tenían Estudio, a lo menos de letras humanas, para que huviese personas Doctas para el Gouierno, pues otras Ciudades y Lugares mucho menores y de menos authoridad la tenían; principalmente que siendo edificada por Augusto César, Emperador romano, la compondría con las cosas necesarias para su perfección, entre las quales es la más principal el estudio, y aun por quanto que los naturales de ella lo supiesen, y assí se enseñase para la correspondencia y trato con los Romanos, que era esta su lengua. - Item aun después de la venida de Christo Nuestro Señor, desde que el vienaventurado Santiago Apóstol vino en España aun en tiempo de Gentiles fundó y edificó la Iglesia de N. S. Del Pilar: y la mayor, es cierto que abría estudio de letras divinas, por quanto en la Sagrada Escriptura se lee donde quiera que huían los apóstoles a predicar, ponían y dexaban varones y personas doctas que las enseñasen a los inferiores y declarasen los misterios que se los hauía rebelado de Nuestra Señora, como se prueba de aquella authoridad de Sant Pablo en la Epístola ad Thimoteum 2. cap. 2, en aquellas palabras hec comenda fidelibus hominibus, qui idonei erunt, et alios docere.

(1) Lvcidario de la Vniuersidad y Estudio general de la Ciudad de Çaragoça y de las cosas y sucesos de ella, hecho por Diego Fraylla, presbítero, doctor en sancta Theologia y Rector que ha sido de dicha Vniuersidad; sacado a luz mediante estatuto y nominación hecha de los muy illustres señores
capitol y Consejo de dicha Ciudad, en la cual se declara todo lo sucedido
y hecho desde su principio de la Vniuersidad hasta el presente día de hoy que somos a 12 de março de 1603. - M. S. en fol. de 93 hoj. útiles, numeradas,
a las que siguen 6 en blanco y de ellas 3 num. y 3 sin num. - La Dedicatoria
(a los Jurados de la Ciudad) y la Tabla, comprenden los folios marcados con las letras A - H, de las cuales 7 están escritas y 7 están en blanco - Letra de la época: Tafil. - Bib. Nac., Sección de M. SS., procedente de la Librería Real. - La Universidad de Zaragoza posee dos copias de este Lucidario, una en la Sección de M. SS. de su Biblioteca y otra en el Archivo; la primera perteneció a Camón, que la mandó sacar; la segunda, a la Universidad.

Y Nicolau de Lira explica aquella palabra Idonei, vita, sciencia et facundia, como tenemos por cierto que Santiago dexó en Çaragoça, de los nueue conuertidos que conuirtió en España, a dos, que se llamaban el vno Atanasio, y esto prueba Fr. Alonso de Castro, lib. De haerisibus verba studia generalia contra Ubieleph, hereje que negaba los estudios generales, y pruébalo de aquella authoridad de los actos de los apóstoles, cap. 13, que dice: erant autem Anthiochiae Prophetae Doctores etiam inter quos, erant Barnabbas et Paulus etiam de los quales eligieron por mandamiento de Dios para apóstoles a Paulo y Barnabbas, que les dixo: Segregate un Paulum et Barnabbam ad opus ad quod elegi eos, y assí que era oficio distinto el de los apóstoles a el de los doctores, y Nicolás de Lira, sobre esse lugar, dice que el oficio del doctor era enseñar y declarar las cosas que se les rebelaban a los inferiores, y aun esto
se puede y debe tener por cierto por hauer hauido en Çaragoça innumerables christianos que Daciano martirizó con Sancta Engracia y sus compañeros y Sant Vicente, que hauer tantos christianos en Çaragoça y hauer padecido con tanto ánimo martirio, era señal que tenían Estudios y buenos Maestros que les enseñaban y ponían firmes en la fe con su doctrina, porque los Estudios son Seminarios, de donde se sacan personas para sauer resistir a los tiranos y
herejes, y assí los tiranos y apóstatas se lee que para poder imprimir las herejías y apartar de la fe de Christo a los christianos, procuraban desacer las Universidades y Estudios generales y particulares, como se lee en la Historia general de Juliano Apóstata que quando con martirios, promesas y regalos no pudo traer a los christianos a su secta y herejía, mandó que no se pudiese leer ni oyr en Universidades ni Estudios, y con eso atraxo a muchos; y de Ubieleph
Herege se lee que negaua y decía que las Universidades no eran buenas ni lícitas, como lo dice dicho Alfonso de Castro: ubi supra. - Item en tiempo de Sant Hierónimo, que fue en tiempo de Dámaso Papa y su criado año 360 pocos años antes o después, se lee que en Çaragoça hauía Estudio, y leya Retórica, como parece por el Libro que escribe Eusebio Cesariense, Ad Coronicon Diui Hieronimi additione en el Catálogo de Varones de Letras, entre otras cosas, pone estas palabras: Petrus Caesaraugustae orator insignis docet, y no se puede entender de Çaragoça de Sicilia, porque aquélla en los lectores antiguos no se llama Cesaraugusta, sino Siracusa, y también en tiempo del martirio de Santa Engracia y de los innumerables mártires, fue Prudencio Consularis Cesaraugustanus gran letrado y escribió dicho martirio, y San Vicente, que fue gran filósofo y predicador, discípulo de San Valero, que fue gran letrado, de nación Griego, como lo dixo Maestre Martín García, obispo de Barcelona, canónigo de La Seo de Çaragoça, en sus sermones. - Item en el Archivo de N. S. del Pilar fue hallada una Escriptura de tributación de casas que las confrontan con otras y con las escuelas, y esto en tiempo que a Çaragoça la tenían los moros, que según se colige, estavan desde el horno de la Caraza y el mesón del obispo de Tarazona, que se coligen los tenían los christianos antes de los moros, porque de nuevo no se les dexarían hacer como no dexaban aun reparar la Iglesia de Nuestra Señora, que según Gelasio, Papa, dice que cuando se tomó a Çaragoça estava derruida de paredes".
En cuanto a la época visigoda, ya sabemos el grado a que llegó la cultura, especialmente en los períodos de Leovigildo y Recaredo, así como la importancia de los estudios fundados por San Isidoro de Sevilla a fines del siglo VI o principios del VII; pero reconcentrada en el Clero toda la vida intelectual de aquel pueblo, excusado es buscar fuera de la Iglesia ni un átomo de enseñanza ni vestigios de instrucción. A mediados del siglo VII principiaron a gozar los monasterios de grande importancia e influencia; de ellos salieron hombres tan sabios y virtuosos como San Braulio, San Eugenio, San Julián y otros.
Por San Ildefonso, en sus Vidas de varones ilustres, sabemos que el monje Donato, al venir de África a fundar el Monasterio Servitano, trayendo la primera regla monástica que hubo en España, aportó consigo y sus setenta monjes gran caudal de libros; y de un San Eugenio, llamado segundo por los godos, nos habla el mismo ilustre historiador para decirnos que huyó de Toledo a Zaragoza, donde cerca de las reliquias de los innumerables mártires se hizo monje y se dedicó a los estudios, llegando a ser excelente músico, poeta
y teólogo a la vez (1).
De las Escuelas fundadas por los árabes en España no diremos, por cuanto mucho se ha escrito sobre ellas, sino aquello que atañe a nuestra ciudad. La instrucción y el saber alcanzaron un esplendor grande en esa época, y memorables son las Academias fundadas por los árabes en España, y entre ellas la de Almanzor en Córdoba, que sobresalió por la enseñanza de la Medicina; pero también las hubo en Toledo, Granada, Sevilla, Valencia y Zaragoza; de las escuelas de nuestra ciudad salieron algunos maestros muy notables para las de Córdoba, tales como Mohamed Altámin, que regentó en aquélla una cátedra de Gramática y Poesía, y Abdalla Ben Josef, filósofo y médico eminente que pasó de Zaragoza a enseñar en Córdoba.
Por lo que hace a los hombres doctos, unos por enseñar y otros por escribir, fueron tantos, que a principios del siglo XII escribió acerca de ellos una historia Mohamed Almuy Ben - Fornes, a quien otros llaman Ben - Fuertes, el cual murió en 1118, es decir, hacia la época de la reconquista de Zaragoza (2).

(1) Cum Ecclesiae Regiae esset egregius vita monachi delectatus est, qui sagaci fuga, urbem caesaraugustanam petens illic martirum sepulchris niessit,
ibiquestudia sapientiae, ac propositum monachi decenter incoluit. ("Varones ilustres", por San Ildefonso).

(2) En la "Biblioteca" de Latassa se hallan coleccionados los nombres y escritos de muchos maestros y literatos árabes de varios pueblos de Aragón, tomados casi todos ellos de la "Biblioteca" de Casiri, como también los de varios judíos, tomados de la rabínica de Castro.

A la caída del califato compitieron con la Madrisa de Córdoba las escuelas de los aljamas mayores en los reinos de taifas, distinguiéndose particularmente las de Sevilla, Badajoz, Zaragoza, Valencia, Murcia, Almería y Toledo.
En este tiempo la multitud de centros de cultura producía resultados análogos a los ofrecidos después por Italia en el siglo XV y por Alemania posteriormente.
Según Borao, los árabes, tolerantes política y religiosamente con los cristianos de Zaragoza, les permitieron el culto en torno de la capilla del Pilar, aunque señalando un circuito que estaba vigilado por alcaide moro. Este barrio, que formaba, por decirlo así, una población dentro de otra, venía a ser un rectángulo; sus lados mayores eran: el uno, el muro que da al Ebro, en cuyo centro descollaba la capilla del Pilar, un poco subterránea, y el otro, la calle de
la Manifestación o la paralela de Santiago (que esto no está bien aclarado); los lados menores que a éstas cortaban, eran; el uno, la calle de Bayeu, y el otro, la de la Virgen, y en cada uno de éstos había un postigo para comunicarse con el resto de la población, y en nota dice el historiador que "para apreciar esta extensión relativa, hay que recordar que la ciudad entonces era próximamente una semi - elipse, con el muro del Ebro por eje, y por curva, la línea que va desde la puerta de San Ildefonso a la del Sol (las dos nuevas), por el Mercado y Coso; fuera de estos muros, todo data de la reconquista y se denominó población".
No estuvo descuidada, ni mucho menos, la instrucción pública entre la judería de Zaragoza, y de ello hablamos con alguna extensión en el prólogo.
Las aulas de la judería zaragozana fueron honradas con las enseñanzas de maestros tan doctos como Abraham ben Samuel Zacuto, que había ilustrado las de Salamanca.
Y aun cabe otra gloria a los judíos de Zaragoza, y es el descender de ellos uno de los cronistas más amenos y elegantes del siglo XVI, el autor de los Quinquenarios, D. Pedro Gutiérrez de Santa Clara, comenzados a publicar por el señor Serrano y Sanz en 1904 - 1910, "Historia de las guerras civiles del Perú y de otros sucesos de las Indias (1544 - 1548)".
De una Universidad zaragozana, de los mudéjares, habla D. Julián Rivera en su discurso apertura del curso en este Centro docente, el año 1893 - 94 (1:La enseñanza entre los mudéjares españoles.), y de la cual, además de datos muy curiosos, publica interesantes documentos con ella relacionados y a los que hacemos referencia en el prólogo.
Llegando ya a la reconquista de Zaragoza, señalada por la mayor parte de los historiadores en 1118, el maestro Espés, en su obra (tomo I, folio 266), cita una escritura cuya data fija en 21 de Junio de 1117, por la cual, "Pedro, obispo de la ciudad, con todos los clérigos de dicha Iglesia y hermanos suyos, loan la Donación del Palacio y Castillo de la Aljafería hecha por el Rey Don Alfonso el Batallador, Emperador de España, a Berengario Abad Grassense, con facultad de erigir Iglesia dentro del, dedicada a la Virgen María, San Martín y San Nicolás, y de tener en ella Pila bautismal, Cementerio, decir Misas, y para Cóngrua del Abad y Monges, asigna las primicias de las tierras contiguas y adyacentes a dicho Palacio". En esta loación se nombra, entre los clérigos aprobantes, a PEDRO, CABEZA DE LA ESCUELA.
Pero es el caso que nosotros hemos visto esa escritura, que se halla en el Archivo arzobispal de esta ciudad, y la fecha no concuerda con la dada por el historiador eclesiástico de Zaragoza; resulta de ella que el obispo D. Pedro de
Librana confirma en favor del abad de La Grasse (2: Pequeño pueblo cerca de Carcasona.), Berenguer y de su monasterio la donación que de la iglesia de la Aljafería les había hecho el Batallador. El final de ese documento dice:
Facta carta istius donationis in Cesaraugusta in die dominica II K.s Julii. Sub era M.a C.a L.a VI.a (1156). /Nota: deben sustraerse 38 años para obtener las correspondientes fechas. Era 1156 – 38: 1118 anno Domini /
Ego Petrus de Liurano, Dei gratia cesaraugustanus episcopus... + Ego Galindo archidiaconus... Ego Guillermus sacriste similiter. Ego Petrus CAPUT SCOLE SIMILITER. Arsini scriptoris Ugonis. Regnante rege Ildefonsus in Cesaraugusta et in Spania. Arnaldus episcopus in Hosca et in Yaca, Episcopus Sancius in Pampilona, Episcopus Michael in Terrazona, Episcopus Sancius in Nagera.
Gasta vicecomes senior in Cesaraugusta et in osiha et in uno Castello. Comes Rotro perticencis in Tutela. Lupo Arcer in Alagon. Ato Aurela in Ricla et in Sos. Lub Sanz in Belxi. Gascon in Sancti Petri. Vital de Tabarta Zanalmedina.
Debemos advertir que el documento no es original, sino una copia conservada en el "Cartulario", y, por lo tanto, sujeta a error por el amanuense. Pudo haberlo al transcribirla, o Espés confundir la fecha de la donación primera de la Aljafería, hecha por el Batallador a raíz de la reconquista de Zaragoza, con esta segunda a favor del abad de la Grasse y de sus monjes.
Pero sea cual fuere la fecha - a nuestro objeto nos da igual la primera que la segunda, pues ese lapso de tiempo entre ambas es relativamente corto - , lo que nos prueba esa escritura de donación es la existencia en Zaragoza de una Escuela o Estudio que ya tenía su Rector o Maestro mayor, que firma como otorgante: Caput, cabeza de la misma.
¿Qué clase de estudios eran esos? Pues uno de tantos como por aquella época funcionaban, amparados y sostenidos por el clero, pero en los cuales tuvieron su origen muchas universidades, no sólo en nuestra patria, sino fuera
de ella.
Debe tenerse en cuenta que el clero seglar, por disposiciones dictadas en el cuarto Concilio toledano y otras posteriores, tenía la obligación de crear y sostener escuelas de diferentes grados, no sólo en las catedrales, sino hasta en las parroquias, habiendo existido muchas, y algunas muy renombradas, durante el imperio de los godos. Insensiblemente algunos de estos estudios, colocados en mejores circunstancias para organizarse bien, adquirieron nombradía y eclipsaron a los demás, formándose de esta suerte, en varios puntos, ciertos centros de enseñanza que iban preparando la creación de más considerables establecimientos.
La dignidad de maestrescuela, tan antigua en nuestras catedrales y con la cual se designó primero a un maestro y más adelante al jefe inmediato que presidía a los demás y gobernaba el cuerpo de enseñanza, como delegado del obispo, del deán o del cabildo, se transforma, como en la nuestra, en el Maestro mayor y luego en el Rector.
Para apoyar estas manifestaciones, tenemos un interesante documento, no citado hasta ahora: es una Bula de Clemente III aprobando los estudios establecidos en esta ciudad por el Cabildo y el Obispo, cuyo nombre no se cita, pero que debió ser D. Ramón de Castellezuelo, que gobernó esta iglesia desde 1185 a 1199; está dada en Letrán el dos de los idus de Octubre (17 de dicho mes) del año primero de su pontificado (1188). Dice así:
Clemens episcopus seruus seruorum Dei Dilectis filiis Cesarauguste capitulo salutem et apostolicam benedictionem. Iustis petencium desideriis dignum et facile nos probere consensum et nota que a rationis tramite non discordant es cum persequente complere. Ea propter dilectis filiis nostris iustis postulacionibus clementer annuimus et institutionem factam ab episcopo vestro pariter et a nobis de hiis qui cupium disciplinis scolasticis insudareis sicut racionabiliter facta is etiam ecclesie auctoritate apostolica confirmamus et presentis scripti patriocinio conmunimus nulli quo omincis hominum liceat hanc paginam nostre confirmationis infringere vel ei a usu temerario contrahire. Siquis autem hoc atemperare persumpseritis indignationem omnipotentis Dei et beatorum Petri et Pauli apostolorum eius se nouerint incursurum. Datta Laterane II idus octobris pontificatus nostra anno primo. (Cartoral grande de La Seo, fol. 35).
Hacia 1185 se dispuso que los canónigos regulares de La Seo que quisiesen ir a las escuelas para oír alguna facultad, pudieran llevar de la iglesia lo que hubieran menester para su honrado y modesto entretenimiento; y no expresando que esa pensión fuera para salir de Zaragoza, ni existiendo en
España Universidad alguna en aquella fecha - dice Borao comentando estas manifestaciones de Espés - ni ninguna escuela notoriamente superior a las que acá teníamos, se deduce en todo rigor de buena crítica que las escuelas aludidas eran las de Zaragoza, y que eran tales que podían dar instrucción a los clérigos y, por consiguiente, ser de estudios superiores. Sólo podía caber duda acerca de la autenticidad o buena inteligencia del documento en que se consigna, pero ni lo uno ni lo otro se puede negar al maestro Espés que escribió con mucho pulso y con los mejores y más abundantes papeles a la vista, y que esta vez no empleó como otras ninguna reticencia dubitativa.
En 1304, queriendo el Obispo D. Ximeno que los estudiantes pudieran cursar latinidad y Filosofía en Zaragoza y oír Teología y Cánones en otras Universidades, autorizado por el Capítulo, compró el lugar y términos de Roden, con todos sus derechos, al Noble D. Gonzalo Ximénez, Sr. de Areposo, y D.a Urraca Jordán, su mujer, al objeto de que con las rentas se sustentasen los estudiantes pobres, comenzando, de este modo, la limosna que daba el Arzobispo (1: En el capítulo "Vida escolar", estudiamos este asunto con más detenimiento.). (Espés, t.° I, fol. 487). En un principio fueron veintidós, y por no ser suficiente la renta, se redujeron a doce, dando a cada uno por semana 18 sueldos para que estudiasen aquí Gramática y Artes, y "si algunos fuessen de buen ingenio, los imbiasen a otras Universidades y les diesen cinco escudos cada año y estudiasen Teología, como consta por el libro del Subpriorato del Aseo y escripturas que en el archiu del están". (Frailla, fol. 4).
Seis años después, el mismo obispo D. Ximeno de Luna, con consentimiento del Cabildo, hace gracia al maestro Alfonso de Baylo, del Maestrazgo de las Escuelas de Zaragoza, en la prebenda de La Seo, anexa a este Magisterio. (Espés, t.° I, fol. 490).
En 1317 y a 9 de Mayo, testificó la vendición del Castillo y lugar de Roden, hecha para el efecto ya mencionado por el arzobispo D. Ximeno y el Cabildo, el Not. Guillén de la Porta.
Frailla, en su Lucidario (fol. 62 v.), cita entre los documentos del antiguo archivo, que él vio una copia de un proceso hecho ante el Ldo. Domingo Lacón, Arcediano de Belchite, su Collector apostólico, en virtud de comisión particular hecha a instancia del Maestro mayor, contra el Fisco de la Cámara apostólica, sobre la limosna que la dignidad archiepiscopal estaba obligada por tener y poseer a Roden, a los pobres estudiantes, por el cual se condenaba a dicha
Cámara a pagar o dar dos fanegas de pan cocido diariamente a los escolares necesitados, obligándola a abonar todo lo que no había entregado en las sedes vacantes de D. Hernando de Aragón y D. Andrés Santos.
En 1339 y a 19 de Noviembre, entre otras raciones que fundó el arzobispo D. Pedro López de Luna, fue la de instituir ya el Magisterio mayor de estas Escuelas, siendo el primer presentado el ya mencionado Alonso de Baylo, a cuyo favor se había ya puesto por D. Ximeno de Luna, el Maestrazgo de la misma (1: Mandura: Memorias de la Iglesia de La Seo, pág. 361).).
En 1389 y a 17 de Enero, el arzobispo D. García Fernández de Heredia ordenó algunas Constituciones para reformación de las Escuelas de esta ciudad, afirmando que inter coeteras Regni Aragonum Principatus obtinent. (Espés, folio 578 v).
En 1400 se otorgó una concordia y Estatuto, para que la presentación del Maestro mayor, que solía hacer el Prelado, la hicieran por alternativa el Arzobispo y el Cabildo. (Copia del libro del Supriorato de La Seo, hecha por el canónigo D. Bartolomé Leonardo de Argensola, en 1623; fol. 45).
Desde el año de 1412, en que fue depuesto el arzobispo D. Francisco Clemente, por el papa Martín V, a causa de seguir la facción de Benedicto XIII o papa Luna, hasta el de 1417, en que le volvió al arzobispado, tenían los Maestros del viejo Estudio su antigua maza, con los escudos de Armas de Aragón, Zaragoza y las del Arzobispo, que son una campana con las insignias del mismo, y las de D. Pedro de Luna, que son tiara y media luna y llaves, y al pie de la maza, un brazo de San Valero. (Frailla: Lucidario, folios 4 y 6).
En el Archivo de la Corona de Aragón hemos encontrado un documento muy interesante: se trata de la "Entrega que el señor D. Diego Fraylla, Archivero de los Privilegios y escrituras, hizo a la Universidad y entrega de las llaves de dicho Archivo" el día 12 de Abril del año 1604.
En ese Inventario, del que daremos noticia detallada en el capítulo "Archivo de la Universidad", figura, al final del mismo, lo siguiente: "Item: entregó el Dr. D. Diego Fraylla una Maza del estudio antiguo que en lo alto de ella están las Armas del Papa Luna, y avaxo, en un triángulo, en tres sellos, las Armas del Reyno y de la Ciudad y del Patriarca Arzobispo de Zaragoza D. Francisco Clemente, y abaxo, en el sello, el brazo del señor San Valero, con cruz y báculo a los lados; el Asta es de Plata, y la rueda, de Azófar, y por ser cosa de tanta antigüedad, mandaron se guardase en el Archivo de dicha Universidad".
De modo que a principios del siglo XVII aun se conservaba la maza del Estudio antiguo de Artes, sin que hayamos encontrado otro documento que hable de ella.
En 1417, D. Pedro de Jara, canónigo y obrero de La Seo, dio memorial ante el oficial eclesiástico principal, pidiendo en él que Gil de Torla, bachiller del Estudio de Zaragoza, le pagase un treudo, precio de cinco libras pertenecientes a la obrería que sobre casas y corral en la parroquia de la Magdalena había pagado D. Alonso de Torla, padre del anterior, y por acto de 3 de Abril de ese mismo año, le condenó a dicho pago Beltrán de la Rosa, que por sustitución servía dicho oficialado. (Estaba el original procesillo; Arc. del Pilar, arm. 9, caj. 2, lig. 6, n.° 15).
De este mismo año, confirmando el funcionamiento de nuestro estudio de Artes, encontramos en el libro de cuentas de La Seo, años 1417 - 1418 y correspondiente al mes de Marzo, el siguiente asiento: "Ultimo de Marzo pagué a Maestre Pascual del Villar, maestro del Studio, cien flor., los quales el havía enprestado al prior et capitol para el común, por los quales tenía la biblia en prendas, et yo cobré la biblia el manio el capitol, que la trayose al capitol et
mandaron que la dasse a don Bernat de la Torre... C. Flor".
Curioso dato demostrativo de que el viejo Estudio tenía profesores que podían prestar a un Cabildo 100 florines y que los ejemplares de la Biblia se cotizaban caros, hasta el punto de poder quedar en garantía de tan importante cantidad.
En 1450, y según Frailla, se educó en la Escuela de Zaragoza Pedro de Arbués, a quien vulgarmente se le llamaba en su época Maestro Épila, por ser natural de aquella villa; afirma el primer historiador de nuestra Universidad, que
posteriormente fue Rector o Maestro mayor del viejo Estudio, anterior en este empleo a Pedro de la Cabra; incluso dice Frailla hablando de la invocación de la Capilla de la Escuela en la época de Arbués, que fue al Crucificado y a San
Cristóbal, y que después, en tiempos del Maestro Górriz, se puso bajo la invocación de Nuestra Señora; como Górriz sucedió a la Cabra, a éste debió preceder Pedro de Arbués. En varias "Vidas" de San Pedro de Arbués que hemos examinado, escritas en el siglo XVII, no se habla del sitio donde
hizo sus primeros estudios.
Sin embargo, Frailla estaba en lo cierto: en el Archivo Municipal y en los cuadernos de cuentas de mayordomía de la ciudad, al folio 30 v., hemos encontrado la siguiente "Acta de treudo (derecho) de los estudiantes del Studio de la Ciudad del anyo M. CCCC. LVI (1456)".
"Item, recibi yo dito mayordomo de Pedro Darbues, Studiant, cullidor del Studio del dito dotzeu dinero en el dito et present anyo de M. CCCC. LVI, los quales recibi netos de absentes, pobres e otros e del salario del dito cullidor, segunt aparece por finament de conto feyto en el quaderno del dito cullidor".
Ello demuestra, palmariamente, que Arbués fue alumno del antiguo Estudio y recaudador o tesorero de las cuotas que los estudiantes debían pagar por la enseñanza que se les daba, cuotas que eran entregadas a la ciudad - cuya intervención en la Escuela vemos ya bien manifiesta - , indudablemente para abono de los honorarios a los maestros.
Pero la importancia de esos Estudios era todavía muy limitada y Pedro Arbués sólo debió estar en nuestra vieja Escuela los primeros años, porque es sabido, y así consta en varias obras y entre ellas la del P. Salaverte (1:Triunfo de la Fe: Vida y prodigios de San Pedro Arbués. Zaragoza; Domingo Gascón, 1690.
), en cuya pág. 14 se dice: "aprendió Gramática con perfección; viéndole sus padres tan inclinado a los estudios, lo imbiaron a la Universidad de Huesca, tan antigua como celebrada...", lo cual parece indicar que en nuestro viejo Estudio sólo cursó la Gramática. En cuanto a su rectorado, ignoramos, a punto cierto, cuándo pudo ser; anterior a 1474 no es posible; se hallaba Arbués en Bolonia; por esa época fue nombrado Canónigo de Zaragoza y a Pedro de la Cabra le sucedió el Maestro Górriz, como diremos más adelante.
Por las manifestaciones hechas, vemos cómo los Estudios de Artes que funcionaban en nuestra ciudad, fueron paulatinamente desarrollándose y pasando del clero a la ciudad, aunque con intervención del primero, que conservaba la dirección de la Escuela, por su Maestro mayor, prebenda del
Cabildo y de provisión alternativa entre éste y el Arzobispo; de sus constituciones o estatutos, nada ha llegado hasta nosotros con certeza: indudablemente debió tenerlas, y ya hemos dicho que el año 1389, el arzobispo Fernández Heredia había ordenado algunas para reformación de las
Escuelas.
En los libros de cuentas de La Seo, y refiriéndose al año 1473, vemos una partida muy interesante: "Item: Conte con Domingo de Cudna (?), notario, por sacar en forma quatro Statutos et testificar aquellos e scribir en el Cartuario, es a saber el del Magistro de Gramática, el del Maestro de Canto, et el de Sant Jayme..."
¿Se refieren al viejo Estudio esos estatutos o a enseñanzas que aun pudiera dar el Cabildo? Nos hace suponer esto último, el del maestro de canto, enseñanza que seguramente no debía darse en la vieja escuela.
Y llegamos al año 1474: era Maestro mayor o Rector del Estudio Pedro de la Cabra, el joven (1:Para distinguirlo de su padre, médico famoso en Zaragoza, Pedro de la Cabra, el viejo.), Maestro en Artes y en Medicina; trataron ese año el Cabildo y los Jurados de Zaragoza dar mayor lustre, amplitud y estabilidad
a los estudios de Artes que aquí se tenían, y para ello acudieron al Papa Sixto IV por mediación del Infante D. Fernando, que ya entonces era Rey de Sicilia; aprobó el Papa y confirmó el Estudio, concediéndole que se pudieran conferir
en él grados de Maestros en Artes y nombrando para ello Cancelario al mismo Rector perpetuo, o sea a Pedro de la Cabra, a pesar de ser lego y con facultad de conferir dichos grados. Concedió, además, al Estudio de Zaragoza que se
considerase como general de Artes y gozase en esta parte los mismos derechos y preeminencias que tenían los de París y Lérida; en esa Bula se habla de la antigüedad de la escuela de Zaragoza, pues se dice: ab antiquis temporibus uiguerit Studium in Artibus, inibique legentes in dictis Artibus
iugiter existant periti, et sufficientes, et plures evaserint docti et erudite in huiusmodi artium facultate... Fué dada en Roma a 13 de Diciembre del expresado año.
Pero el nombramiento de Maestro mayor o Cancelario perpetuo a favor de un lego como Pedro de la Cabra, molestó al Cabildo metropolitano, suscitándose algunas controversias; nuevamente el infante y rey de Sicilia D. Fernando, los Jurados y el Capítulo, acudieron al Papa, el cual defirió a las súplicas que se le hicieron y dio otra Bula fechada en Roma en 1.° de Diciembre de 1476, mandando que en lo sucesivo fuera siempre Cancelario el Arzobispo de Zaragoza, quedando el Maestro mayor con el título de Vicecancelario, y en el mismo Pedro de la Cabra, en quien delegaba la Santa Sede y debía sustituir al Arzobispo con el expresado título: Quodque de cetero perpetuis temporibus, Archiepiscopus Caesaraugustanus, "pro tempore hujusmodi Cancellarius
dicti Studii sit, et esse debeat, dummodo loco sui ac dictum officium, dictum Petrum substituat, prout etiam Nos ex nunc substituimus, ita quod deinceps vocetur Vicecancellarius dicti Studii, quodque Archiepiscopus pro tempore et ab eo substituendus et pro tempore Magister major et Rector, Vicecancellarius Studi nuncupatus... (1:Ambas Bulas se conservan originales en el Archivo catedralicio de La Seo.).
En 25 de Enero del año siguiente (1477), dio el rey Don Juan II un privilegio, en el cual, por su parte, ratificaba todo lo concedido y contenido en dicha Bula.
De aquí arrancan los orígenes de la Universidad de Zaragoza, aunque en un principio convertida sólo en Estudio general de Artes o Filosofía, sin que nosotros sigamos a ciertos historiadores que, por un espíritu mal entendido de
regionalismo, han querido ya presentar desde este momento al viejo Estudio como una Universidad literaria, en la cual, a más de la Filosofía, se enseñaba la Teología y la Medicina.
Las bulas pontificias y el Privilegio de Juan II lo dicen bien claramente: Estudio general de Artes, y aunque ya sabemos que la palabra Universidad en aquellos tiempos no significaba universalidad de facultades, sino que solía aplicarse también a toda corporación, comunidad o reunión de gentes o de cosas, y aunque en algunas es muy cierto no se daban todas, como por ejemplo, en la de París, que no se enseñaba leyes, y en la de Lérida, que al fundarse, no
existía la Teología, también lo es que en los privilegios de erección o en las bulas de los Papas se señalaban, taxativamente, las enseñanzas que en el Estudio general que se fundaba debían darse; opinamos que en la nuestra, y hasta que Cerbuna y los Jurados la pusieron en marcha, dando cumplimiento al privilegio de Carlos I, no se enseñó nada más que Artes o Filosofía, con toda la amplitud necesaria, para conferir los grados de bachiller, licenciado y maestro.
Muchos años después, dado ya por el monarca emperador su privilegio, vemos que en 1554 se presentó en Huesca Fr. Pascual del Molinar, bachiller en Artes hecho en Zaragoza, y las actas de aquella Universidad, referentes a ese año, dicen: "... se ha opposado a la Cátedra de Artes y que algunos le impugnaban por no ser hecho en Universidad; el Consejo concorde deliberó que esta vez se admita Bachiller, aunque no está graduado en Universidad general" (1:Arco (Ricardo del): Memorias de la Universidad de Huesca, t.° II, págs. 20 y 21.).
En la época a que nos referimos, y aun con mucha anterioridad, los estudios de Medicina llegaron a alcanzar en Zaragoza suma importancia, como ya tendremos ocasión de demostrar en el correspondiente capítulo; pero de esas enseñanzas estaba encargado, por privilegios concedidos, el Colegio de San Cosme y San Damián; y en cuanto a los de Teología, se consideraban de una importancia tan grande, que esa facultad era la primera en los claustros y sus
doctores tenían puesto preferente en ellos y en todos los actos universitarios; en el transcurso de esta Historia veremos las cuestiones de etiqueta que por dichas causas ocurrieron en nuestra vieja Escuela entre dicha facultad y la de
Artes.
En los siglos XIII y XIV y gran parte del XV, hasta que se fueron creando Universidades en distintas regiones de nuestra Nación, los encargados de la ciencia teológica eran los eclesiásticos, que unas veces en las catedrales, otras en colegios especiales a estas enseñanzas dedicados, o en conventos de dominicos o franciscanos, cultivaban tales disciplinas; decimos esto porque se quiere suponer que aun antes de 1474 había en nuestro Estudio viejo la facultad de Teología, pues en unas notas de los Mss. de Camón, que han sido citadas por varios autores, se dice: "1467. A 3 de Junio, en tiempo del arzobispo D. Juan de Aragón, se ordenó por éste, en conformidad con el Cabildo, que el Letor de Teología, a más de su lición ordinaria por sí o por otro, hiciese su sermón latino en el Capítulo, en las Vigilias de Pascua, de N.a S.a de Apóstoles y de Todos Santos, y un domingo cada mes, sermón de Pueblo"; y dice el anotador: "Esto prueba que había aquí estudio de Teología anterior al Privilegio"; y decimos nosotros; que estamos conformes en que lo hubiera, pero no en la vieja Escuela de Artes, pues lo copiado refuerza las manifestaciones que tenemos hechas, de que tales enseñanzas debían darse en la Catedral, en las fechas señaladas, por los canónigos o beneficiados de ella.
Frailla dice en su Lucidario, fol. 9 v., que desde el año 1543 [1542] que concedió el Privilegio Carlos V, hasta que se puso en execución la Universidad, año 1583, aunque no continuamente, leyeron Theología y Medicina en Zaragoza, y en dicha Universidad, los Maestros mayores Gaspar Lax, que era ciego, el Dr. Domingo Pérez y el Maestro García, y Medicina, el Dr. Palacios y el Dr. Porcel, que él conoció.
Pero como no hubo quien saliese a edificar las Escuelas y fundar la Universidad y dar rentas, estuviéronse por poner en execución los privilegios, y assi no hubo Universidad general en todas sciencias conforme a ellos, sino de Artes, como de antiguo, basta el año 1582 [1583].
Nada tiene de particular y es muy verosímil que queriendo los Jurados de la ciudad poner en vigor el privilegio de Carlos I, allá por los años 1575 a 1577, en que reformaron las enseñanzas y contrataron Maestros como Simón Abril
para dar las de Gramática, se explicaran algunas lecciones de Teología y Medicina, pero sin que estos estudios tuvieran validez académica, porque no estaba autorizado el viejo Estudio para ello: bachilleres, licenciados y doctores en esas facultades no salieron de las aulas zaragozanas hasta 1583 (1).
En el año de 1477 y en virtud del Privilegio de D. Juan II, se hicieron Estatutos para el Estudio general de Artes, interviniendo en ellos, a más del Maestro mayor Pedro de la Cabra (2:De Pedro de la Cabra damos interesantes datos en el capítulo "El Colegio de Médicos de San Cosme y San Damián".), y en nombre del Cabildo, Pedro de Arbués.
En 1480 y a 17 de agosto, se hizo la concordia entre el Estudio y el Hospital de Gracia para que éste cediera dos camas aparte para pobres estudiantes, otorgando la escritura el notario Miguel Navarro (Frailla: Lucidario, fol. 102 v.).
En 1488 y en 1.° de abril, tomó posesión del Magisterio mayor, vacante por renuncia de la Cabra, hecha en 29 de marzo de ese mismo año, Guillen Górriz, Maestro en Artes y en Teología, y en ese mismo año, Juan Luis Serena, vendió en favor de la Universidad unas cámaras que en ella tenía, mediante escritura que testificó Bartolomé Roca,

(1) Borao, en su Historia, queriendo dar la mayor importancia a las enseñanzas que se daban en el Estudio de Artes, dice que se conferían en la importante facultad (la de Artes), e bachillerato, la licenciatura, el Magisterio y el Doctorado, ignorando, indudablemente, que en la de Artes no hubo nunca doctores, y que el Magisterio, grado equivalente al de Doctor, era el último de la carrera.

Not.° del N.° de Zaragoza. Y sobre ellas estaban las Misas del Maestro Górriz, como diremos oportunamente.
En el año 1489 y según un Gestis antiguo de La Seo, a 27 de abril, la ciudad hizo embajada (1:Así se llamaban en aquellos tiempos a las comisiones o representaciones.) al Cabildo para establecer en Zaragoza un Estudio general y para ajustarlo con el arzobispo y ciudad, comisionó el Cabildo a los canónigos M. Torcat y M. Martín Samper; prueba de que los Jurados ya se iban preocupando por la amplitud de las enseñanzas y deseaban establecer una Universidad de todas las ciencias.
El año 1500 murió D. Agustín Olivan, Canónigo de La Seo, Maestro en Artes y Teología, enterrándosele en la Capilla de la Universidad (2), para la cual dejó fundadas 160 misas rezadas, posteriormente reducidas al número de 80 con
decreto del Oficial eclesiástico y Vicario general. Dejó para ellas 157 libras, que cargó sobre sus bienes D.a Mariana Virto, viuda del Dr. Foncalda, Médico colegial de Zaragoza. Posteriormente se luyó y las tomó a censo el Dr. D. Andrés la Fuente, que también lo luyó para cancelar un censal que pagaba la Universidad al Convento del Carmen de Zaragoza, a quien lo había legado el Dr. D. José de Torres y Arpayón.
En 1511 y a 26 de diciembre muere Guillen Górriz, Maestro mayor del Estudio de Artes; fundó en la Capilla de éste 300 misas: cinco cantadas en los días de la Anunciación, Concepción, Natividad, Purificación y Asunción de Nuestra
Señora, con 16 sueldos de caridad por cada una, y las restantes, rezadas. Fueron reducidas, posteriormente, con Decreto, al número de 160; el notario que autorizó la fundación fue Jaime Ruiz de Azagra, del número de Zaragoza.
En 1513 y a 12 de junio, el Estudio hizo nombramiento

(2) Hoy depósito de libros de la Biblioteca Universitaria, conservándose dicha sepultura y la lápida que la cubre, que dice así: "Sta es la sepultura Reuerendo mro. Augustin perez de oliuan, doctor en artes y tehologia, canonigo de la seu. Fenecio en el año mil quinientos".

de portero o bedel, en la persona del honorable Jaime Pascual, vecino de Zaragoza, con todas las prerrogativas y derechos a dicho oficio concedidas; era Maestro mayor Juan Tarabal, ante quien aceptó y juró el cargo, encomendándosele la maza, aquella maza ya descrita en este capítulo, con las armas del Papa Luna, las reales, las de la ciudad, las del arzobispo y el brazo de San Valero. En el documento se hace constar que su peso era de diecisiete onzas y tres cuartos de plata y el resto de latón sobredorado (1:Abizanda y Broto: obra ya citada, pág. 379.).
En 5 de septiembre de 1516, el Papa León X, en el año cuarto de su pontificado, concedió al Maestro mayor y a los demás de Artes y Latinidad del Estudio, accediendo a lo que le suplicaron, en unión del arzobispo, que en monasterios, colegios ni en parte alguna, por persona o personas de carácter seglar, se pudiesen enseñar las materias que daban en la Escuela de Artes, las cuales debían cursarse en la misma, graduándose en ella (2).
En 1542 y a 10 de septiembre, el Emperador Carlos V, primero de este nombre en España (Carlos I), y en las Cortes que celebró en Monzón, dio su privilegio (3), que comienza Dum noster animus, a instancia de los Síndicos de Zaragoza, por el cual elevaba el Estudio de Artes a Universidad general de
todas las ciencias, concediéndola todos los privilegios, preeminencias y prerrogativas de las de Salamanca, Valladolid,

(2) Frailla, al folio 62 v. del Lucidario, cita "Una copia de Proceso signado, hecho ante el Oficial Ecc.° de Zaragoza, como Conservador del Estudio viejo, en virtud de la Bula de León X, por el qual condena a ciertos estudiantes que habían oído Artes en la Compañía de Jesús y en algunos monasterios, a que paguen el salario a los Maestros que leían Artes en el dicho Estudio, porque no podían oír sin pagar y ser matriculados en el Estudio".
(3) Se custodia, original, en el Archivo Municipal de Zaragoza; es un diploma en pergamino, de una sola hoja de 0'340 por 0'625 mm.; caja de la escritura, 0'100 por 0'550 mm. Con la firma autógrafa del Rey; de 18 líneas y letra de la época: falta el sello pendiente; se halla en perfecto estado de conservación. - En el Archivo de la Corona de Aragón se conserva una copia autorizada por el Notario de esta Ciudad y Secretario de los Jurados, Miguel Español:
"Copia de Priuilegio real para hazer Uniuersidad de todas facultades en la Ciudad de Çaragoça". 4 hojas, la primera en blanco, 0'290 por 0'205 mm.; caja de la escritura, 0'200 por 0'160 mm.; letra del siglo XVI. Leg.° 78, n.° 978.

Lérida у demás de España, en la cual se enseñaran todas las ciencias: "...quod in ipsa civitate Caesaraugustae sit deinde Studium generale, tam in Theologia, Iure canonico et civile, quam etiam Medicinae, Philosophiae, Artibus, ac etiam quibus uis aliis facultatibus, et scientiis approbatis..."
Por esta época era Maestro mayor el Doctor en Medicina Juan de Tarabal (1), que había sido propuesto por el Arzobispo y que venía desempeñando su cargo desde 20 de octubre de 1516, pues en el proceso seguido ante los Jurados en
razón de la exención de las Sisas, ante el Notario Miguel Francés, obtuvo sentencia favorable contra Domingo Arnauz, arrendador de las mismas (2), siendo admitido en 1529 como cofrade de la de San Valero de esta ciudad (3).
En 1543 y a 3 de marzo, D.a Mariana Virto, viuda del doctor D. Bartolomé Foncalda, cargó sobre sus bienes 195 libras de censo gracioso, con otros tantos sueldos de pensión en favor del Maestro mayor y Regentes del Estudio viejo;
que, como ya hemos dicho, eran para la celebración de las misas del canónigo D. Agustín Oliván, en la Capilla de la Escuela; el Notario fue Juan Campi, del número de Zaragoza. Loáronla en 12 de noviembre de dicho año, los cofrades de San Miguel y San Martín de La Seo, reconociendo dicho Maestro mayor y Regentes deber emplear los réditos en dichas celebraciones. (Frailla: Lucidario, folio 109 v.).
En 6 de agosto de 1554, el Papa Julio III, a súplicas del emperador Carlos V, expidió Bula confirmatoria (4) del privilegio dado en Monzón, pero habiendo fallecido S. S. El 23 de marzo de 1555 sin haberla promulgado, la despachó en 26 de mayo de ese mismo año, su sucesor Paulo IV, en la cual narra e infiere la de su antecesor, confirmando por ella nuestra Universidad con todas sus prerrogativas; los papas no quisieron ser menos que el monarca Emperador, y dicen en ellas al hablar de las facultades que aquí debían estudiarse:

(1) Testó en 1.° de octubre de dicho año, ante el Notario Martín Español, instituyendo heredero a su hijo Juan, que también testó en 1581, a 6 de mayo, ante el Notario Cristóbal Navarro. (Arch. Not. de Zaragoza).
(2) Extensamente hablaremos de estos asuntos en el capítulo "Vida escolar", en la parte que hace referencia al fuero universitario.
(3) Su mujer Beatriz Tomás lo había sido ya en 1516. (Mss. de Camón: B. U. de Z.).
(4) En el Archivo de la Corona de Aragón, Leg . 78, núm. 990, se halla la "Copia de la bulla apostholica para hazer y tener Vniuersidad de todas facultades en la Ciudad de Çaragoça con reuocación de qualesquiere indultos en contrario a otras Vniuersidades concedidos". 4 folios: el primero, en b. con título transcrito; 0'315 por 0'215 mm.; 0'240 por 0'170 caja de escritura; letra del siglo XVI. - Está autorizada la copia por el Not. Miguel Español.

ac quibus uis aliis licitis facultatibus et scientiis, ad instar Salmantini, Vallisoleti et Illerdensi, ac aliorum Regnorum Hispaniarum Universitatum, Studiorum generalium erigeri et instituere, alias que in proemissis opportune providere, de benegnitate apostolica dignaretur; es decir, todas aquellas facultades que
en las Universidades de Salamanca, Valladolid y Lérida se estudiaran o pudieran estudiarse, o en cualquier otra que en los reinos de España se erigiera o fundara con autoridad eclesiástica. Pero tanto al Rey como a los papas se les olvidó consignar, en el Privilegio y en las bulas, las rentas del nuevo Estudio general.
A 23 de febrero de 1560, muere el Maestro mayor Gaspar Lax, que había sucedido a Tarabal (1), siendo su inmediato sucesor D. Domingo Pérez, doctor en Teología, que tomó la colación del Magisterio mayor en ese día y la posesión el 4 de marzo, ante el Notario Sebastián Moles, del número de Zaragoza y del Cabildo.
D. Fernando de Aragón fue el Arzobispo que le propuso; pero entre el Dr. Pérez y el Cabildo ocurrieron cuestiones de verdadera gravedad: el Dr. Pérez fue condenado por la Inquisición del Reino - ignoramos las causas -

(1) Fue enterrado en el plano del presbiterio de la Iglesia de San Nicolás, convento del Sepulcro; la lápida de su sepultura tena la siguiente inscripción: Hic jacet Gaspar Lax, Artium de Sacrae Theologiae Doctor, Academiae
Caesaraugustanae Vicecancellarius et Rector, obiit 23 mensis februariis
1560. - Testó ante Martín de Gurrea, del número de Zaragoza; fue discípulo suyo de Filosofía San Francisco de Borja en esta Escuela de Zaragoza, según dice Cienfuegos en la Vida del Santo. Aunque era ciego, contribuyó con las luces de su ingenio y su saber al mayor esplendor de nuestra vieja Escuela, explicando en ella, según Frailla, Teología.

a destierro, encerrado en un monasterio y a que no pudiera leer ni predicar. El Cabildo entendió por esa sentencia, que el Dr. Pérez debía ser, inmediatamente, sustituido en su cargo de Jefe de la Escuela de Artes; pero no era de esa opinión el Arzobispo, por estimar que la sentencia le privaba sólo de leer, y que todo lo demás que debía hacerse era nombrar él un sustituto. Intervinieron en estas cuestiones el prior de La Seo doctor Cerbuna y los canónigos Mandura, Monreal, Romero, Torrellas, Torres, Violarte y Revés.
El día 31 de mayo de 1574 escribe el Cabildo a D. Pedro de Luna, su procurador en Roma. Entre otras cosas del régimen interior del Cabildo, dicen:
"Los Inquisidores del Sto. off.° deste Reyno condenaron al doctor Domingo Pérez, Maestro mayor deste Estudio, por sus delictos, a destierro según entendemos desta Ciudad, y que esté seis años en un Monesterio y que no pueda leer ni predicar, y conforme a esto pretiende este Cabildo a quién toca esta vez proveer este Magisterio mayor desta escuela que vaca este officio. El S. Arçobispo pretiende que no vaca porqne la sentencia no dize expresamente que le priuan.
Pero siendo este officio personal que tiene obligación de leer en el Estudio y de asistir y él quede desterrado y recludido en un Monesterio y que no pueda leer, por consiguiente se a de dezir que queda privado y que el officio vaca. Emos
barruntado que su Ex.ca anda por sacar un Breue de Su Sd. para poner un substituto en la Escuela en lugar del dicho Doctor Pérez, cosa que sería muy dañosa a este Estudio y perjudicial a esta Yglesia, porque ay mucha necesidad para el reparo de la Escuela de algún otro buen Maestro mayor, V. m. procure secretamente y con destresa de descubrir algo y procure por algún privado del papa o por otra vía, o si menester fuesse, hablando v. m. con su Sd. que se le advierta como semejante breve, sería en perjuizio de esta Yglesia y tanbién de los Jurados y Regidores desta Çiudad por el drecho que todos tenemos en las cosas del Estudio y que sin oirnos no es justo que su Sd. lo prouea". (A. C. de la S., Registro Epistolar, lib. 3).
Todo lo expuesto demuestra la importancia del cargo y, por lo tanto, la trascendencia que tenía el que fuera nombrado por el Cabildo o por el Arzobispo.
Ya con fecha 20 de febrero de ese mismo año, Fr. Juan Regla, de la Orden de San Jerónimo, confesor del Rey, escribe desde San Lorenzo al Prior de La Seo para que, en caso de vacante y en vista de que toca al Cabildo proveer el cargo, nombren Maestro mayor del Estudio a Pedro Juan Núñez (1); en dicha carta se le dice a Cerbuna que el recomendado había sido Mozo de los Escolanos y de la Capilla de Santa Justa y Rufina. (Ms. De Camón).
En 1574 comienza la hostilidad de Huesca; se opone ya al funcionamiento de la Universidad cesaraugustana; lo revela el acuerdo tomado por el Consejo universitario, que dice así: "En 1.° de marzo fuit propositus, que se entiende que Zaragoza procura efectuar haya Universidad allí, y que pues en tanto perjuicio de la Universidad es, provean en ello lo acedero, y se resolvió que se opongan a ello", etc. (2).
En 1575, los de Huesca dirigieron cartas a Felipe II y al Vicecanciller de la Corona de Aragón, D. Bernardo de Bolea

(1) El célebre valenciano Pedro Juan Núñez leyó en nuestro estudio Filosofía desde 1557 hasta 1560; continuó en 1561 con la Retórica y letras humanas.
- Alumno suyo fue Juan Marco, Arcediano de Zaragoza y primer Rector de la Universidad, y Núñez le elogia en su obra impresa en Barcelona, De recta, atque utile ratione conficiendi curriculi philosophicae, libro dirigido a D. Baltasar Punter, Obispo de Tortosa, que fue discípulo suyo; también lo fue de
Núfiez D. Baltasar Llorente, Prior y Canónigo de la Santa Iglesia del Pilar y Cronista del Reino de Aragón, y el ilustre humanista heterodoxo Pedro Galés, catalán y profesor que fue de Filosofía en varias universidades extranjeras; Pedro Galés murió en Zaragoza de más de sesenta afios; por sus herejías le seguía proceso la Inquisición, y, ya muerto, fue condenado "a relaxar su estatua y desenterrado su cuerpo y huesos ansi mismo relaxados". - Los señores Bachmer y Morel - Fatio, hacen un estudio muy detenido de este hereje, no citado en su obra Los heterodoxos españoles, por Menéndez Pelayo; L'humaniste hétérodoxe catalan Pedro Gales; París, imp. Nationale, 1902; 4.°, 37 págs.
(2) Arco: Memorias de la Universida de Huesca, pág. 20 del tomo II.

contra la Universidad de Zaragoza; en la primera, entre otras cosas, se dice: "... ahora tiene entendido esta ciudad que Zaragoza entiende en suplicar a V. M. sea servido de que en ella haya Universidad y Estudio general, con todos
los privilegios que esta ciudad tiene, y para ello pedir pensiones sobre el Arzobispado de Zaragoza y Obispado de Tarazona..." Está fechada en 20 de marzo de dicho año. En la segunda: "... habernos entendido que Zaragoza anda tras de tener Universidad, la cual no puede hacer conforme a los
privilegios reales que esta ciudad tiene hasta hoy observados y guardados". (23 de marzo del mismo año). (Arco: obra citada).
En efecto; los de Huesca tenían razón en lo que hace referencia a que en esta ciudad se pensaba ya seriamente en poner en ejecución las bulas y privilegios concedidos para tener Universidad, ayudando a los Jurados el Cabildo y el
Prior de La Seo, pues a más de mandar sacar copia del Privilegio de erección para que los abogados lo estudiaran y pagar 50 sueldos por la copia (Id. Registro Epistolar, lib. 3), en 25 de febrero de este año de 1576 se dirigieron al Rey para que les permitiera aplicar al viejo Estudio parte de las rentas del Arzobispado, sede vacante; la carta que le dirigen y que prueba el vivo interés que por el fomento de estos estudios tenían los capitulares, dice así:
"S.[acra] C.[atólica] R.[eal] Mag.d = Entendiendo quanto V. Mag.d desea y procura que las letras divinas y humanas se exerciten y florezcan en estos Reynos de V. M. mayormente aora que tan sospechosamente se enseñan en otras Universidades extrangeras fuera de España, aviéndose offrecido la vacante deste Arçobispado, nos ha parecido juntamente con esta ciudad suplicar a V. M. se sirva de hazer merced a esta Escuela y Estudio de Çaragoça de alguna pensión sufficiente sobre este Arçobispado para acrescentar las Cáthedras en número y en salario, de suerte que pues esta Ciudad es la Cabeça y la más principal y populosa deste Reyno de V. Mag.d donde avrá mucha comodidad para enseñarse todas las facultades, quede ennoblecida con la Real mano de V. Mag.d en el estudio de las letras para mayor beneficio de los vassallos de V. Mag.d y augmento de nuestra Religión Christiana con otras escuelas destos sus Reynos en España. Nuestro Señor la S. C. R. persona de
V. Mag.d guarde con toda la felicidad y acrescentamiento de Reynos en Çaragoça a 27 de Ebrero de 1575 . = D. V. S. Cd. R. Mag. muy reales vassallos y capellanes que sus Reales manos besan = los Prior, Canónigos y Cabildo de
la Yglesia de Çaragoça. = A la I. C. R. Mag.d del Rey nuestro Señor" (1). (Id. R. E., lib. 3).

En abril de 1575 el Regente Campi dirigía a los Jurados de la ciudad la siguiente carta:
"Illustres Señores: Yo estoy por tantas partes obligado a seruir a esa ciudad y dessear su acrescentamiento que podría escusarme de nueuo ofrecerme a vuestras mercedes mi voluntad y representar esta obligación, la qual en el particular que agora se offrece sobre lo que a S. M. se supplica en esta ocassión de la vacante del arzobispado de essa ciudad para instituyr uniuersidad donde se lean las facultades que en los otros estudios generales de España se acostumbran a emplearse, yo con particular cuydado como cosa que tanto ha de redundar en seruicyo de Dios y beneficio dessa republica y para que tenga effecto el buen desseo y zelo con que vuestras m.s tratan de este negocio y se ponga en execución lo que la Magestad del Emperador N.° S.r y su Santidad acerca desto concedieron a essa ciudad y assy no tengo más que dezir de supplicar a v.s m.s que en esto y en lo demás que se offreciere y valiere para seruir a essa ciudad me lo manden que será para mí mucha merced. Cuyas illustres personas N.° S.r guarde con el acrescentamiento que dessean. De Madrid a 16 de abril de 1575. = Illustres señores: Besa a v.s m.s las manos su muy cierto seruidor = El Regente Campi". (A. Mun. de Z.).

(1) Consignamos aquí nuestra sincera gratitud al culto profesor de esta Universidad y archivero del Cabildo Catedral de La Seo, D. Pascual Galindo, por la valiosa ayuda que nos ha prestado en la busca de documentos para esta Historia, en el expresado archivo.

Todos los buenos deseos de los Jurados y del Cabildo habían de estrellarse, en esta ocasión, ante la oposición de unos y la incuria y la falta de patriotismo de otros.
Pero deseosos los Jurados de realzar la vieja escuela y de llevar a ella profesores de reconocida fama, por los años 1575 a 1576, nombran maestro de la misma al eminente gramático y humanista Pedro Simón Abril, dándole un salario de 5.000 sueldos jaqueses, y aumentándoselo más tarde, por lo satisfecha que de su labor estaba la ciudad y para evitar que se ausentara, a 6.000 (1).
Por su parte, el Cabildo ayudaba a los Jurados en todo lo que fuera favorecer al viejo Estudio, y por esta época le vemos trabajar cuanto puede para contrarrestar las pretensiones de los Teatinos, que, a más de querer entrometerse en el gobierno de la Escuela, pretendían obtener del Papa un
Breve para poder leer en su colegio Gramática y Artes. Parece que les animaban y amparaban para ello algunos ciudadanos y jurados de la ciudad.
El Cabildo ruega, en 4 de enero de 1516, a su procurador en Roma, que procure estorbar dichos planes, porque "es contra los priuilegios deste estudio" y "en este estudio ay ya seis maestros que leen gramática y rhetórica y dos que leen curso de Artes". El Cabildo vuelve a insistir el día 10 de julio del dicho año para que trabajase junto al Cardenal Datario. (R. E., lib. 3).

(1) En los protocolos de Miguel Español, menor, correspondientes a 1576 y día 13 de diciembre, al folio 347, hemos encontrado una apoca, por la cual Simón Abril declara haber recibido de Jerónimo Ferruz, mayordomo de la Ciudad, 2.000 sueldos jaqueses que por deliberación y asignación de los Sres. Jurados, Capitol y Consejo de la misma le tenían otorgados.
(A. N. de Z.). - En el Registro de Actos comunes de nuestro Archivo Municipal y correspondiente a enero y febrero de 1585, hallamos: "Item, al maestro Pedro Simón Abril, maestro de Gramática en la Universidad, quatro mil sueldos, y a ... (en blanco), maestro de Retórica, dos mil sueldos por tres años, conforme a la declaración de Capítulo y Concejo, hasta 24 de Septiembre de 1583".
- 6.000 sueldos: es decir, que eran cantidades que la ciudad debía por enseñanzas en el viejo Estudio.

Y como si esto no fuera bastante, en Daroca, donde desde muchos años antes tenían un Estudio aunque con carácter particular (1), queriendo un maestro leer un curso de artes, pensó aquella ciudad que lo mejor sería lograr de Roma un privilegio; el Cabildo zaragozano tuvo que dirigirse a su procurador en aquella capital para que interesara del Cardenal Datario no accediera a la petición de los de Daroca (28 noviembre 1575). En 4 de enero de 1576, el Cabildo vuelve a insistir sobre el mismo punto, prueba que en la población aragonesa dicha seguían laborando para conseguir lo que se habían propuesto.
Resumiendo cuanto en este capítulo tenemos dicho, consignaremos; que no pueden concretarse los orígenes de esta Universidad, ni mucho menos pretender darle la antigüedad que se ha querido por algunos historiadores; fue, allá por los siglos XII al XIV, una Escuela sostenida y amparada por el Clero, con enseñanzas que daba el mismo y con bienes propios del Cabildo; municipalizada después, se transforma en un modesto Estudio de Artes para la enseñanza de la Gramática y de la Filosofía, con Estatutos, Cancelario,
Maestro mayor, Portero o Bedel con maza, sueldos a sus catedráticos y pago de derechos por los escolares para su mejor sostén, pero en la cual no debió concederse otro título que el de bachiller, hasta que desde 1474 a 1477, por las bulas de Sixto IV y el privilegio de D, Juan II, se amplían sus enseñanzas a todas las materias de la facultad de Artes, pudiendo ya concederse los de Licenciado y Maestro, pero arrastrando una vida lánguida por falta de rentas e indudablemente, por su escasa matrícula; su fama en aquellos siglos no debió ser mucha, como parece probarlo el hecho de que todos o la mayor parte de los aragoneses ilustres de la época, fueron a educarse a otras Universidades. El viejo Estudio se transforma por el privilegio de Carlos I en una Universidad general, con todos los derechos y preeminencias concedidas a las más famosas, pero sin rentas ni bienes para sostenerse, hasta el año 1583, en que un varón de grandes virtudes, amante de su patria, la dotó con bienes propios y puso en vigor sus bulas y sus privilegios; pero esto pertenece a otro capítulo, por lo que hacemos en éste punto final.

(1) El Sr. Abizanda, en su obra ya citada, publica (pág. 374) una interesante carta procedente de este Archivo de protocolos, por la cual tenemos conocimiento del modo de vivir de los escolares que en él estudiaban; el salario que pagaban por todo un año era de 28 sueldos, y para reglas y aceite, 10 o 12 poco más o menos; para comer daban mensualmente 13 sueldos,
incluyendo en ellos el guisarles y lavarles la ropa. A más daban mensualmente "vna hanega de trigo y vn quartal", o sean quince hanegas al año. - Al final de la carta se dice: "Este es el gasto que comúnmente gastan en este estudio los ijos de los *buenos que pueden algo gastar como dicho tengo y es buen medio para que coman medianamente no sobrándoles, ni faltándoles, porque así es menester para estudiantes, que no tengan sobrado el bien porque no se
desmanden, y por ese se entiende por cada estudiante". - También en Tarazona existió por el siglo XIV un Colegio de Artes que suponemos debía ser particular, y en el cual los estudiantes no debían ser objeto de muy buenos tratos, llegando a decirse que el Regente del mismo, don Gil de Calatayud, había dado muerte a uno de sus discípulos, por los castigos que le impuso,
hasta el punto que el Rey Pedro III, por documento fechado en Poblet el 31 de julio de 1341, absolvió de toda responsabilidad, por la muerte de dicho escolar, ai expresado D. Gil de Calatayud. (Rubió y Lluch: obra citada, págs. 121 - 122).

***
Se tiene noticias de que fueron Maestros en el viejo Estudio, además de los ya citados:
SANCHO PORTA (* - 1429). - Dominico, natural de Zaragoza, Maestro de Teología y del Sacro Palacio en tiempo de Benedicto XIII.
JUAN SOBRARÍAS (¿1460? - 1528). - Natural de Alcañiz, Médico perfeccionado en Bolonia, armado caballero; llamado por los Magistrados y ciudadanos de Zaragoza en 1508 para que enseñase humanidades; poeta laureado, autor de algunas obras poéticas latinas.
ANTONIO POLO (1558). - Natural de Alfocea, Catedrático de humanidades, autor de Observaciones a Nebrija.
JUAN SERRANO (1566). - Estudió en Zaragoza, explicó Filosofía en 1562 y escribió una Dialéctica.
ANTONIO SERÓN (1562). - Poeta, enseñó humanidades; había nacido en Calatayud.
JUAN VERZOSA (1523 - 1574). - Zaragozano, catedrático en Zaragoza, Lovaina y París; secretario de la Embajada de Roma; fue amigo de Gonzalo Pérez, historiador de Felipe II y muy versado en el latín, griego, italiano, francés alemán e inglés; autor de varias obras, entré ellas Cornelio Tácito glosado, versión de las Saturnales de Juliano y algunas poéticas, v. g. Charina sive amores. Según Murillo, explicó en esta Escuela griego, con más de 1.000 alumnos. Murió en Roma.
JUAN LORENZO PALMIRENO (1514 - 1580), Natural de Alcañiz, Catedrático de latinidad y retórica en Zaragoza, autor de setenta y seis obras, entre ellas varias de retórica, filosofía, etimologías, vocabularios, etc.
PEDRO SIMÓN ABRIL (hacia 1530). - Nació en Alcaráz (Mancha). Ejerció el cargo de Catedrático de lengua griega y bellas letras en Universidades de España y, últimamente, en Zaragoza en el viejo Estudio y en la Universidad, desde 15 de agosto de 1583.
Entre los alumnos célebres del antiguo Estudio de Artes, se citan los siguientes:
FR. PEDRO DE LAS CELLAS. - Natural de Zaragoza. Estudió aquí Artes y pasó después a la Universidad de París, de la cual fue Catedrático de Filosofía; también en Tolosa explicó la Sagrada Escritura. Carmelita, profesó en el convento de su patria; floreció en el año 1346 .
FR. JUAN TAUSTE. - También hijo de esta ciudad. Mercedario, fue obispo de Huesca, Albarracín y Segorbe; murió en 1427. Publicó algunas Constituciones y Sinodales.
Calixto III. - Los leridanos dicen que estudió en aquella Universidad. Pudo muy bien cursar aquí Artes o Filosofía, pasando luego a aquella Escuela.
SAN PEDRO DE ARBUÉS. - Ya hemos dicho en otro lugar de este capítulo cuanto sabemos acerca de este varón insigne, en lo que hace a sus estudios en esta Escuela.
MARTÍN GARCÍA PUYAZUELO. - Nació en Caspe por el año 1441. De cuna humilde, supo por su preclaro talento y su afición al estudio, llegar a los más altos puestos en el sacerdocio. Canónigo de Zaragoza, arcediano de Daroca, predicador de los Reyes Católicos, inquisidor de estos Reinos, embajador en Roma y, por último, obispo de Barcelona. Debió hacerse en el viejo Estudio Maestro de Artes, pero no comprendemos cómo pudo obtener la borla de Doctor en Teología en esta Universidad, como dice Latassa, pues murió en
Caspe, su ciudad natal, en 1521, es decir, cuando no estaba planteada la Universidad y oficialmente no se cursaba la Teología.
FR. JERÓNIMO CASAS. - Carmelita, citado por algunos historiadores como alumno del viejo Estudio. En la Universidad de Bolonia recibió el grado de Doctor en Teología.
Latassa dice que explicó dicha ciencia en esta Escuela. Floreció en el reinado de Carlos V o poco antes; escribió algunos opúsculos teológicos.
ANDRÉS VIVES Y ALTAFULLA. - Hijo de Alcañiz; hizo sus estudios primeros en su ciudad natal, pasó luego a completarlos en esta Escuela y más tarde a la Universidad de Lérida. Colegial del de San Clemente en Bolonia, fue en esa
ciudad fundador del que llevó su nombre. Gran filántropo, hizo algunas fundaciones benéficas de extraordinaria importancia, entre ellas un Convento de franciscanos y un Monte de Piedad. Floreció en la primera mitad del siglo XVI.

JUAN MARTON. - Natural de Sallent. El Duque de Pastrana, que en una ocasión se hospedó en su casa, al ver su ingenio y su viveza, se lo llevó a París, en cuya Universidad estudió, desempeñando una Cátedra en aquella Escuela junto
con el célebre maestro Lax. Debió cursar en Zaragoza Gramática y Humanidades. Fue Canónigo de La Seo y el Arzobispo D. Alonso de Aragón (*Aragen) le hizo su Vicario general y Obispo auxiliar con el título de Bricia. A su muerte fue sepultado en su pueblo natal, en la Capilla de Santa María.
Floreció en la primera mitad del siglo XVI.

FR. JULIÁN GARCÉS. - Nació en 1452, unos historiadores dicen que en Munébrega y otros en Borja. Profesó en la Orden dominicana y su retrato figuraba en el Convento de Predicadores de esta ciudad. Humanista y filósofo, dijo de él Lebrija que tenía que estudiar mucho para aventajarlo. Leyó
muchos años Filosofía y Teología en el Convento de esta ciudad, alcanzando gran renombre entre los doctos; fue Obispo de Taxala, y allí murió en olor de santidad el año 1547. Fue autor de varias colecciones de sermones.

MIGUEL SERVET O SERVETO. - Es tan relevante la figura de este aragonés, nacido en Villanueva, y se ha escrito tanto sobre él, su proceso, su muerte y su teoría acerca de la circulación de la sangre, que nos creemos relevados de dar aquí datos acerca de su vida y de sus obras. Borao y algún otro le hacen discípulo del antiguo Estudio, sin que nosotros tengamos dato alguno para robustecer esa afirmación. En 27 de octubre de 1553 murió en Ginebra, en la hoguera, a la que fue condenado, haciéndose responsable de su muerte a Calvino, que tuvo medio para hacerle prender y para que los magistrados procediesen con todo rigor contra Servet.

MIGUEL FRANCÉS. - Natural de Zaragoza, hijo de la parroquia de San Pablo. Estudió en París y fue profesor de aquella Universidad en tiempo de Gaspar Lax y Pedro Ciruelo. Vino después a España, y en Salamanca regentó, primero una cátedra, de Filosofía, hasta que, después, la ganó en reñida oposición contra el P. Maestro Francisco Zumel. Con sus trabajos y libros enriqueció y honró la Orden de la Merced, de la que llegó a ser General.

GASPAR LAX (1487 - 1560). - Distinguido filósofo, matemático y literato de los siglos XV y XVI. Natural de Sariñena, fue sabio maestro en Filosofía, doctor en Teología, catedrático en la Universidad de París e individuo de su Colegio
Sorbónico a principios del siglo XV. Entre sus discípulos se cuenta al famoso Luis Vives, y en esta Escuela, según Cienfuegos, por el año 1525, San Francisco de Borja. Fue Maestro mayor del viejo Estudio, como ya tenemos dicho. Murió en 1560, enterrándosele en la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari. Fue autor de diecinueve obras impresas en París y Zaragoza.

JERÓNIMO BLANCAS (* - 1590). - Discípulo del maestro Núñez, erudito y elegante cronista del Reino, autor de importantes obras de historia aragonesa, entre ellas el Sumario y Resumario de las Cortes, códice de 448 folios, en parte autógrafo, que posee nuestra biblioteca universitaria (1).

(1) Algunos historiadores señalan como salidos de las aulas zaragozanas a Aurelio Prudencio, San Lorenzo y San Vicente, en tiempos antiguos, y posteriormente a San Francisco de Borja (1525) y San Vicente de Paul (1596). - De todos los maestros y discípulos del viejo Estudio, consignados aquí, encontrarán nuestros lectores numerosos datos bio - bibliográficos en las Bibliotecas de Latassa, por lo que nosotros no hacemos más que una ligera enumeración de ellos.

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