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domingo, 29 de noviembre de 2020

LOS AUTORES (No forma parte del libro)

Jiménez Catalán, Manuel. Madrid, 9.V.1867 – Lérida, 1932. Bibliotecario.

Realizó sus primeros estudios en la Institución de Libre Enseñanza y posteriormente en la Escuela Superior de Diplomática, donde obtuvo el título el 18 de junio de 1885. Ingresó por oposición en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos el 13 de agosto de 1888 con destino en la Biblioteca Provincial de Lérida, desde donde se trasladó al Archivo de Hacienda de la misma localidad el 9 de agosto de 1901. Desde aquí pasó a la Biblioteca Universitaria de Zaragoza el 1 de febrero de 1910 y a la Biblioteca de la Escuela Industrial de Madrid el 13 de mayo de 1913. Dos años después, el 14 de julio de 1915, regresó de nuevo a la Biblioteca Universitaria de Zaragoza.

Se integró plenamente en la ciudad leridana, donde tomó parte en las actividades culturales y en los juegos florales, siendo además cofundador de El Noticiero y El Pallaresa. No obstante, fue su destino en Zaragoza el que le proporcionó los materiales para sus trabajos más notables. Obtuvo en tres ocasiones el Premio de Bibliografía de la Biblioteca Nacional por sus obras sobre los impresores zaragozanos de los siglos XVII (1914) y XVIII (1915), y por la imprenta en Lérida (1918), esta última inédita hasta hace pocos años (1997), y que le han consagrado como uno de los mejores bibliógrafos españoles.

Fue académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, comendador ordinario de la Orden de Alfonso XII, Gran Placa de Honor de la Cruz Roja Española, Medalla de Repatriación y Medalla de los Somatenes Catalanes.

Obras de ~: con E. Arderieu i Valls, “Apuntacions per a una memoria sobre impresors que han exercit son art à Lleyda y llibres y opusculs impresos durant los sigles XV, XVI, XVII y XVIII”, en Jochs Florals de Lleyda. Primer certamen literari, Lérida, Estampa y Llibreria de Joseph A. Pagés, 1895; “Apuntes para una bibliografía ilerdense de los siglos xv al xviii”, en Revista de Bibliografía Catalana, 7 (1907) págs. 5-304 (ed. aparte, con una carta prologal de L. Deztany, Barcelona, Tipografía L’Avenc, 1912); Apuntes para la historia de Balaguer, Lérida [Imprenta La Pallaresa], 1912; La imprenta en Lérida, 1918 [L. González (ed.), La imprenta en Lérida: ensayo bibliográfico (1479-1917), Lleida, Edicions de la Universitat- Institut d’Estudis Ilerdencs, 1997]; “Don Gregorio de Brito gobernador de las armas de Lérida (1646-48)”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (RABM), n.º 38 (1918), págs. 32-41; n.º 39 (1918), págs. 12-27 y 205-236, y n.º 40 (1919), págs. 115-129 y 595-651; “Por los archivos regionales de Aragón”, en Universidad, n.º 2 (1925) págs. 285-315 y 555-578 (ed. aparte Zaragoza, Tipografía La Académica); Ensayo de una tipografía zaragozana del siglo xvii [Zaragoza, Tipografía La Académica], 1925 (obra premiada en el concurso de la Biblioteca Nacional en 1914); con J. Sinués y Urbiola, Historia de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza, Zaragoza, Tipografía La Académica, 1922, 3 vols.; Memorias para la Historia de la Universidad Literaria de Zaragoza. Reseña biobibliográfica de sus grados mayores en las cinco facultades, desde 1583 a 1845, Zaragoza [Tipografía F. Martínez], 1925; “Documentos para la Historia de la guerra de la independencia en la provincia de Lérida”, en RABM, n.º 48 (1927), págs. 242- 255; Goya como pintor, grabador y litógrafo de asuntos taurinos, Zaragoza [Tipografía del Hospicio], 1927; Goya, grabador y litógrafo. Conferencia pronunciada en el centro Unión General de Trabajadores el día 23 de abril de 1928, como homenaje del proletariado zaragozano al pintor del pueblo [Zaragoza, Tipografía E. Berdejo Casañal], 1928 (reed. [Zaragoza], Dirección Regional de La Caixa [2001]); Ensayo de una tipografía zaragozana del siglo XVIII, Zaragoza, Tipografía La Académica, 1929; “Varios documentos curiosos e interesantes para Aragón procedentes del Archivo secreto de la Santa Sede”, en Universidad, n.º 7 (1930), págs. 419-428 (ed. aparte, Zaragoza, Tipografía La Académica, 1930).

Bibl.: L. Deztany, “Lletra prologal”, en Apuntes, págs. 5-20; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, vol. XXVIII (2.ª parte), Madrid, Espasa Calpe [1926], pág. 2782 (retrato); A. Ruiz Cabriada, Bio-bibliografía del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, 1858-1958, Madrid, Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1958, págs. 498-499; VV. AA., Gran Enciclopedia Aragonesa, vol. VII [Zaragoza, Unión Aragonesa del Libro], D. L. 1981, pág. 1985; J. Villarín, Catálogo de escritores de Madrid y su provincia (Seiscientos años de literatura local), Madrid, Caja de Madrid, 1995, pág. 211; L. González, “Estudio crítico. Manuel Jiménez Catalán, erudito promotor de la bibliografía ilerdense”, en M. Jiménez Catalán, La imprenta en Lérida: ensayo bibliográfico (1479-1917), op. cit., págs. XV-XVII; J. Delgado Casado, Un siglo de bibliografía en España. Los concursos bibliográficos de la Biblioteca Nacional (1857-1953), t. II, Madrid, Arco Libros, 2001, págs. 522-526.

Luis Miguel de la Cruz Herranz

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Sinués y Urbiola, José Anselmo Pedro Amadeo. Zaragoza, 30.III.1894 – Madrid, 31.1.1965. Profesor y financiero.

Nació en el seno de una familia de clase media alta, hijo de un secretario de sala de la Audiencia de su ciudad natal, y propietario de bienes urbanos y rústicos. Estudió en los Escolapios y en el Instituto de enseñanza media, y se licenció en Historia en la Facultad de Letras de Zaragoza, completando sus estudios en Madrid mediante una beca en el Centro de Estudios Históricos de la Junta para la Ampliación de Estudios, ciclo que había concluido en 1918. A partir de 1919 ingresó en la Escuela Industrial de Artes y Oficios como ayudante meritorio de la asignatura Geografía Económica y Legislación Industrial, plaza que consolidó en 1921 como profesor especial en propiedad, ocupando la secretaría de la Escuela de 1928 a 1934, y la dirección a partir de 1941 hasta su jubilación en 1964. Durante su mandato la Escuela amplió y mejoró continuamente sus prestaciones, en tanto que en el Ministerio de Educación se le consideró como un gran experto en formación profesional, y como tal fue nombrado consejero nacional de educación, cargo que desempeñó entre 1944 y 1957, pasando a continuación a serlo honorario. Durante aquellos años fue un ardiente defensor de la idea de ampliar las enseñanzas profesionales, y del estatus profesional de los peritos, siendo nombrado perito honoris causa en 1958, y condecorado con la encomienda con placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio en 1951 y con la gran cruz de la citada Orden en 1964.

Tanto en la Escuela como en la Real Sociedad Económica Aragonesa, donde fue admitido en 1922, fue adquiriendo conocimientos teóricos y prácticos de gestión empresarial y financiera. En febrero de 1933 ocupó la secretaría del consejo de administración de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, interviniendo activamente en los meses siguientes en la organización de la I Conferencia Económica Aragonesa, evento de gran trascendencia tanto por la amplitud de los trabajos sectoriales presentados y discutidos, como por la propuesta de integrar a Zaragoza en el circuito de las grandes ferias de muestras nacionales. Fue en aquél ambiente cuando en octubre fue nombrado director de la mencionada Caja de Ahorros, permitiéndole entrar de lleno en un mundo, el del ahorro, en el que a partir de entonces se involucró de por vida. Al hacerse cargo de la Caja contaba con dos oficinas, una de la caja y otra del monte de piedad, 44.000 ahorradores, y 50 millones de ahorro, siendo ésta la undécima Caja del País. A finales de 1964 era la tercera, tenía 368 sucursales, 700.000 ahorradores y 12.000 millones de ahorro, claro exponente de una gestión apreciada tanto entre los colegas del sector, como por las autoridades, ya que supo aprovechar con habilidad la legislación vigente en materia de ahorro y apoyar a los sectores emergentes como la construcción de viviendas y la industria. En la obra social de la Caja destacaron sus servicios médicos, la formación profesional para labradores, el apoyo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de la Estación Experimental de Aula Dei, y la defensa y recuperación del patrimonio artístico aragonés.

Integrado en la Confederación Española de Cajas de Ahorro desde 1934, fue un valedor y defensor de la independencia de las mismas dentro del sistema financiero ante las autoridades republicanas y franquistas, labor por la que le mantuvieron como vicepresidente desde 1939, hasta que en 1944 asumió la presidencia que ejerció de por vida. Aquellos objetivos los pudo cumplir gracias a que fue nombrado, entre otros cargos, procurador en Cortes en 1946, 1958, 1961 y 1964; consejero de economía nacional en 1958, y a nivel internacional, formando parte del comité directivo del Instituto Internacional del Ahorro desde 1947 en adelante. Su doctrina sobre el ahorro, su gestión, su promoción, y el papel que debía alcanzar en el desarrollo de la economía nacional, se plasmaron en más de un centenar de informes de diversa amplitud y en conferencias que prodigó por toda la geografía española, y en diversos foros internacionales. Recibió en 1947 la medalla de oro de la Previsión, y en 1953 la del Ahorro.

Durante la Guerra Civil, y partiendo de una sólida formación religiosa recibida en el seno de su familia, en los Escolapios y con los Jesuitas, inició una vinculación cada vez mayor con organizaciones eclesiásticas a las que sistemáticamente ayudó o bien a través de la obra social de la Caja de Ahorros aragonesa, o bien mediante una política crediticia, que hizo extensiva a otras Cajas que participaron de aquella tendencia. La Nunciatura en Madrid, la Primatura de Toledo, el Arzobispado de Zaragoza, numerosos obispados de Aragón, la Rioja, y otras zonas de España, conventos, monasterios, órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza como los jesuitas, los escolapios, los dominicos, los franciscanos o las teresianas, entre otros, recibieron aquél trato preferente, lo mismo que el Opus Dei, Acción Católica y la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, a la cual perteneció, ocupando numerosos cargos en la misma, entre los que destacó la presidencia del consejo de la Editorial Católica, empresa que relanzó incrementando las actividades de la Biblioteca de Autores Cristianos, el diario Ya, y los restantes medios de comunicación del grupo. Ángel Herrera Oria le consideró como su mejor y más fiel hombre de finanzas. La jerarquía eclesiástica le distinguió con la gran cruz de la Orden Ecuestre de San Silvestre en 1953, y nombrándole camarero de honor de capa y espada de los Papas Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI.

En materia económica defendió la desregulación de la normativa para irla liberalizando tras los años de la posguerra, y desde 1949 se alineó con los europeístas que tenían a José Larraz como referente. Tras los ajustes de 1957 a 1959 participó activamente como miembro de la Comisaría del Plan de Desarrollo. A partir de la década de 1950-1960 se prodigó como hombre de empresas vinculadas con el mundo del ahorro, y formó parte de 27 consejos de administración, presidiendo los de EDICA ya mencionado, y los de Eléctricas Reunidas de Zaragoza, Teledinámica Turolense S.A., la Compañía del Gas de Zaragoza, las Inmobiliarias Calvo Sotelo 11, Mejoras Urbanas S.A. y Pirenaica S.A., así como La Montañanesa y la Cinematográfica General Española S.A.

Además de las distinciones mencionadas recibió las grandes cruces de la Orden del Mérito Civil, de Isabel la Católica, y del Mérito Militar con distintivo blanco, y perteneció a las academias aragonesas de Nobles Artes de San Luis, y de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales como miembro numerario, y a la Real Academia de la Historia como correspondiente.

Obras de ~: Historia de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza, Zaragoza, Tip. "La Académica”, 1922-1929, 3 vols.; La geografía industrial. Ensayo de sistematización de los fundamentos y hechos económicos, Zaragoza, 1924; D. Félix de Azara y Perera. Refundición del texto biográfico del historiador de la casa de Azara D. Basilio Sebastián Castellanos, Zaragoza, 1930; Algunas consideraciones acerca del realismo estético y del eclecticismo idealista en el Arte durante el siglo XVIII y sobre la obra de Goya en la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, Zaragoza, 1947; La formación profesional obrera e industrial en España. Breve bosquejo de su pasado y de su presente, Zaragoza, 1947; Las exposiciones en Zaragoza de los años 1868 y 1885, Zaragoza, 1953; Algo sobre la historia presente y porvenir de Eléctricas Reunidas de Zaragoza S.A., Zaragoza, 1957.

Bibl.: F. Pala y Mediano, Elogio del Excmo. Sr. D. José Sinués y Urbiola, Zaragoza, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 1965; Las vidas de José Sinués, Zaragoza, La Cadiera, 1966; L. Germán Zubero, “Sinués y Urbiola, José” en Gran Enciclopedia Aragonesa, Zaragoza, Unali, 1982, pp.3092-3093; Industrialización y enseñanza técnica en Aragón 1895-1995; Cien años de Escuela y profesión, Zaragoza, Imprenta de la Diputación Provincial, 1996; J.F. Fornies Casals, José Sinués y Urbiola, un regeneracionista católico aragonés (1894-1965), Zaragoza, Real y Excma. Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 2006.

José Francisco Fornies Casals

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